CIUDAD DEL VATICANO, 11 julio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha nombrado arzobispo de Milán al cardenal Dionigi Tettamanzi, quien hasta ahora era arzobispo de Génova, anunció este jueves la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Sustituye en el cargo al cardenal Carlo María Martini, arzobispo de Milán desde el 29 de diciembre de 1979, quien presentó su renuncia al Papa el 15 de febrero al cumplir los 75 años de edad.
Milán, con cinco millones de fieles, es considerada una de las arquidiócesis más grandes del mundo.
El cardenal Tettamanzi, de 68 años, originario de la arquidiócesis de Milán, fue ordenado sacerdote en 1957 por el entonces arzobispo de la metrópoli italiana, el cardenal Giovanni Battista Montini, que después llegaría a ser Papa con el nombre de Pablo VI.
Antes de la celebración del Concilio Vaticano II, en 1959, Tettamanzi presentó su tesis doctoral en teología, en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, sobre «El deber del apostolado de los laicos».
Desde entonces fue profesor de teología en seminarios e institutos teológicos de Milán y del norte de Italia. A partir de inicios de los años ochenta fue nombrado consultor del diferentes organismos de la Santa Sede y experto en Sínodos de los obispos del mundo.
En 1987, fue nombrado por la Congregación vaticana para la Educación Católica rector del Seminario Pontificio Lombardo de Roma. Durante ese período enseñó teología moral en la Universidad Gregoriana.
El 1 de julio de 1989 fue nombrado arzobispo de Ancona-Osimo y poco después fue consagrado obispo por el mismo cardenal Martini. El 14 de marzo de 1991 fue nombrado secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana.
El 20 de abril de 1995 el Papa le transfirió a la arquidiócesis de Génova y durante el consistorio del 21 de febrero de 1998 le creó cardenal.
El portavoz de la arquidiócesis de Génova, monseñor Carlo Caviglione, al recibir la noticia del nuevo nombramiento de su arzobispo, ha destacado la «pasión de estar entre la gente», como una de las características del ejercicio del ministerio pastoral del cardenal Tettamanzi.
El portavoz recuerda también que el año pasado, durante la cumbre del G8 (ocho países más industrializados) celebrada en Génova, en la que murió un joven en medio de manifestaciones de protesta, algunos periodistas lanzaron una campaña contra el arzobispo acusándole de unirse a los movimientos antiglobalización.
«Con escritos y declaraciones, el cardenal siempre ha sostenido la necesidad de pensar y ayudar con más seriedad a los pobres del mundo –concluye el portavoz–, tomando posición vigorosamente para que los grandes del mundo no olvidaran sus graves responsabilidades».
