El cardenal Etchegaray se encuentra con representantes comunistas chinos

El gobierno protesta por la canonización de mártires del 1 de octubre

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PEKIN, 21 sep (ZENIT.org).- El cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité vaticano para el Jubileo, ha mantenido contactos con representantes del gobierno comunista chino durante la visita que acaba de concluir en la República Popular, según ha confirmado hoy un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Chinos.

El purpurado vasco-francés, regresó hoy a Roma desde Shanghai después de haber pasado una semana en la República Popular China. Es el primer cardenal de la Iglesia católica que visita el país «a título personal», según él mismo aclaró antes de emprender el viaje. El objetivo fundamental de la visita era su intervención en un simposio de tres días sobre «Religiones y Paz», organizado por la Universidad Católica de Milán y por la Academia de las Ciencias Sociales de China en Pekín.

El cardenal Etchegaray, según fuentes oficiales chinas, se encontró con el consejero de Estado Ismail Ahmat, miembro del Comité central del Partido Comunista, y el máximo responsable del Gobierno para los asuntos religiosos, el director de la Oficina para las Religiones, Ye Xiaowen.

El cardenal también se encontró en Pekín con el obispo de Pekín Miguel Fu Tieshan, presidente de la Asociación católica patriótica, controlada por el Partido, y en Shanghai con el obispo Aloisio Jin Luxian. Asimismo visitó un seminario dirigido la Asociación patriótica y celebró la eucaristía en el santuario mariano de Sheshan (junto a Shanghai).

La agencia de noticias «Ansa» ha publicado declaraciones de una «fuente cercana al cardenal» que definió la visita como «providencial» en este momento de «graves incomprensiones» con motivo de la canonización de los 120 mártires de China que serán canonizados por Juan Pablo II el 1 de octubre, día en que por casualidad se celebra el 51 aniversario de la fundación de la República Popular.

Esta misma fuente ha reconocido que, si bien los encuentros han tenido lugar en un clima cordial, permanecen grandes diferencias entre China y el Vaticano.

La canonización de los mártires, en buena parte víctimas de la revolución xenófoba de los «Boxer» de 1900, es vista por el régimen como un movimiento patriótico contra la «opresión» extranjera. Constituye el último episodio en la larga serie de diferencias entre Roma y Pekín. Según ha podido saber Zenit, incluso el obispo Miguel Fu Tieshan protestó ante el cardenal por esta canonización.

Antes de emprender su viaje a China, tanto el cardenal Etchegaray como el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, dejaron muy claro que la visita no tenía ningún carácter diplomático y que los contactos que ha mantenido el purpurado «no pueden ser interpretados como un reconocimiento de las estructuras eclesiásticas existentes».

Para entablar relaciones oficiales con la Santa Sede, el gobierno comunista exige la ruptura de relaciones oficiales con Taiwán y el control de la Iglesia china (nombramiento de obispos, etc.), algo que nunca podrá aceptar el Vaticano.

Si bien no existen estadísticas oficiales, se calcula que hay algo más de once millones de católicos chinos, divididos entre la Asociación patriótica católica y la Iglesia perseguida por su fidelidad al Papa.

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ZENIT Staff

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