El cardenal Filoni celebra la misa de la Asunción con los desplazados en Irak

El purpurado, enviado del Papa, entregará una suma de dinero en nombre del Pontífice también a los yazidíes, la otra minoría actualmente perseguida

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Continúa el viaje del cardenal Fernando Filoni en Irak. El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, enviado personal del Papa Francisco, celebró este viernes la Misa en la Solemnidad de la Asunción entre los cristianos desplazados en el campamento de refugiados de Duhok, al norte de la llanura de Nínive.

Según informó Radio Vaticana, en la zona hay unos 60 mil refugiados. En los próximos días también está prevista una visita a Lalish, donde fue destruido por los yihadistas el templo principal de los yazidíes, la otra minoría religiosa perseguida en Irak en este momento, y quienes va a entregar una suma de dinero en nombre del Papa.

El cardenal se reunió este jueves en Erbil, con el presidente regional kurdo Masoud Barzani, entregándole la carta que el Santo Padre le ha dirigido para informarle de la presencia de su enviado con el fin de expresar su agradecimiento por la acogida de refugiados en la región kurda, tanto en el norte como en el sur de la llanura de Nínive, y agradecer al Gobierno kurdo para la asistencia a los refugiados.

Por su parte, el cardenal Filoni agradeció calurosamente, apreció y estimuló todo esfuerzo recordando que la Iglesia no habla no para los cristianos sino también por los derechos de todas las demás minorías. Defendió el derecho de los cristianos que quieren vivir en esta tierra, y regresar a sus aldeas. El purpurado también ha señalado que algunos países tienen una grave responsabilidad moral sobre la situación actual.

Hablando sobre lo que ya ha podido ver y escuchar entre los refugiados, ha expresado su preocupación de que en el corazón de los refugiados no está el deseo de empezar en este país después de haber perdido todo y este es tal vez el aspecto más delicado de su historia. Después de expresar su agradecimiento por lo que está haciendo generosamente para cubrir las primeras necesidades urgentes de la población, también habló sobre lo que es un segundo nivel de intervención, es decir mejorar sus alojamientos.

Según las estimaciones, los refugiados cristianos en diversas partes del país son más de 100 mil, de los aproximadamente 1 millón de personas desplazadas. Actualmente en Ankawa, el barrio cristiano de Erbil, hay 23 campos de refugiados donde se recibieron a no menos de 20 mil personas, mientras que otras familias se alojan en casas particulares u otros refugios. El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, subrayó la generosidad de tantas personas, ya se en el sector del voluntariado como los que están abriendo las puertas de sus hogares a los refugiados.

En la tarde del jueves, el cardenal, acompañado por el Patriarca Sako, del nuncio apostólico Giorgio Lingua, el arzobispo local Bashar Warda, y por otros prelados, visitó un campo de refugiados cerca de la Iglesia Católica Siria, donde conoció a varias personas, habló con ellos, recogido sus confidencias y preocupaciones, visitó a los enfermos y las personas con discapacidades y escuchó historias conmovedoras de cómo estas personas han sido expulsadas de sus hogares. Aquí también se reunió con una comunidad de una minoría tribal no cristiana, los kaki, agradecidos por haber sido recibidos por la Iglesia Católica como una pequeña minoría que no tiene otra alternativa donde puedes encontrar refugio.

Más tarde visitó el campamento de la parroquia caldea de Mar Elías, donde numerosos niños, que eran entretenidos por los jóvenes voluntarios, cantaron y oraron juntos. A ellos les ha llevado el abrazo y el afecto del Papa. Finalmente, en la iglesia de la comunidad sirio-ortodoxa, estando presente el arzobispo ortodoxo de Mosul, rezó con ellos, llevó una palabra de aliento y gratitud, y visitó la comunidad que se ha refugiado en las instalaciones de la propia iglesia.

La tarde terminó con una nueva visita a un campo de refugiados cerca de la casa del arzobispo caldeo de Erbil cuya casa está completamente rodeada por algunos miles de refugiados que duermen en el suelo, al aire libre, no sólo por la falta estructuras, sino también para el calor abrasador del verano iraquí en estos días (se han llegado a los 45 grados). A todos, el cardenal Filoni dio aliento y llevó la bendición del Santo Padre con la seguridad también de los responsables de las Iglesias locales de ir al encuentro a sus necesidades más urgentes.

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ZENIT Staff

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