ROMA, viernes, 11 junio 2004 (ZENIT.org).- Para el cardenal Walter Kasper, la Iglesia del futuro no estará cerrada «en una autodefensa apologética o en la restauración de un viejo confesionalismo», y debe evitar el peligro de nuevos provincialismos.
Así dibujó este viernes el perfil eclesial el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos al intervenir en la sesión final del IX Congreso internacional sobre «Dietrich Bonhoeffer y el Humanismo Cristiano».
Compartieron mesa con el purpurado el obispo luterano de Hannover (Alemania) Margot Kaessmann y el secretario general de la Federación mundial luterana, reverendo Ishmael Noko.
El futuro es una Iglesia que siguiendo las indicaciones de las Bienaventuranzas «dé toda su prosperidad a los necesitados, donde los pastores vivan los dones de la fe», una Iglesia que «ayude y sirva», explicó el cardenal Kasper, según cita la agencia «Sir» del episcopado católico italiano.
Al margen del congreso, el presidente del dicasterio aludió a los pasos que el ecumenismo debe dar para responder a las expectativas de futuro.
Subrayó «el peligro de hacer un ecumenismo a buen precio», algo que exige a las Iglesias reflexionar con mayor atención «sobre los pasos del bautismo y de la fe».
Para el cardenal Kasper, el futuro pasa también a través del compromiso de «ser más internacionales». «Las Iglesias están demasiado cerradas y replegadas en sí mismas –advirtió–. Se observa la aparición de un nuevo provincialismo, tal vez un nuevo nacionalismo».
El tercer camino hacia el futuro reclama finalmente a los cristianos «mirar hacia los problemas del mundo, los problemas de la justicia y de la paz y dar a la persona la sacralidad de la vida».
«Sobre estos temas podemos dar juntos un testimonio y esta praxis ecuménica puede facilitar también la resolución de los puntos doctrinales fundamentales», concluyó.
El IX Congreso Internacional sobre «Dietrich Bonhoeffer y el Humanismo Cristiano» ha reunido desde el pasado día 6 hasta este viernes a un centenar de teólogos de 14 países en Roma. Desde 1972, este congreso se celebra cada cuatro años.
La Sociedad Internacional Bonhoeffer se encarga de organizar estos encuentros, orientados a promover el conocimiento y la investigación sobre la vida y obra del teólogo luterano alemán Dietrich Bonhoeffer (1906-1945), fallecido en el campo de concentración de Flossenburg.
