El cardenal Maradiaga pide un alto al fuego en Gaza para ayudar a las víctimas

Hay “un colapso de los servicios médicos”, según Caritas Internationalis

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El presidente de Caritas Internationalis, cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, urgió a un alto al fuego en Gaza que permita a las agencias humanitarias socorrer a las víctimas de los ataques israelíes sobre la población palestina.

Según la organización de ayuda de la Iglesia, los desplazamientos en la franja de Gaza son peligrosos y los médicos no logran llegar a las clínicas y centros donde esperan los civiles heridos por los bombardeos.

Caritas Internationalis, confederación de 162 entidades humanitarias católicas ofrece asistencia médica de emergencia mediante Caritas Jerusalén en la parroquia de Gaza. A pesar de las dificultades, quedan abiertos algunos centros sanitarios, mientras que la clínica móvil ha tenido que suspender su actividad.

«Caritas y las contrapartes de la Iglesia católica en Tierra Santa, piden un inmediato cese al fuego para permitir que los enfermos y heridos sean asistidos –afirmó el cardenal Maradiaga–. Personas inocentes están sufriendo debido a que las agencias de ayuda no pueden llegar hasta ellos por la acción militar israelí».

Caritas pide el cese inmediato tanto de los ataques de Hamas contra el sur del territorio israelí como de los bombardeos de Israel sobre Gaza, para permitir la llegada de ayuda.

«Nuestro equipo en Gaza atestigua un colapso de los servicios médicos –subrayó la secretaria general de Caritas Jerusalén, Claudette Habesch–. La gente está muriendo en casa porque no puede obtener asistencia. En los hospitales de Gaza, hay 2.053 camas pero son 2.500 los heridos por bombardeos israelíes. Los médicos dicen que no tienen vendas ni antisépticos».

Una firme condena de esta guerra y la petición de un alto al fuego ha sido hecha por el Consejo Mundial de las Iglesias (CMI) y su secretario general Samuel Kobia.

«En los países implicados en este conflicto, las Iglesias y los miembros de las Iglesias piden a los gobiernos iniciar una acción urgente para asegurar un futuro mejor a los palestinos, a los israelíes y a sus vecinos», afirma un mensaje del CMI retomado por el diario vaticano «L’Osservatore Romano».

«La lógica cerrada de los funcionarios públicos que culpan a los demás, negando la responsabilidad de su gobierno ha llevado a la pérdida de muchas vidas»; «los gobiernos deben ahora ser responsables de la paz», añade.

«La muerte y el sufrimiento de estos días son espantosos y vergonzosos y no obtendrán más que nuevas muertes y nuevo sufrimiento», denuncia el CMI.

Y pide que los gobiernos de la región, las Naciones Unidas, la Liga Árabe, la Unión Europea y Estados Unidos usen «sus buenos oficios para conseguir que todos aquellos que están en riesgo sean protegidos desde ambos lados de la frontera» y se asegure el acceso de las ayudas de emergencia y de los médicos».

Así mismo, la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha prometido enviar ayudas para paliar la dramática situación de Gaza donde, según las estimaciones, el paro afecta al 40% de los habitantes y el 30% no tiene acceso a agua potable. Cerca de la mitad de los habitantes son niños.

El párroco Manuel Musallam, de la iglesia de la Sagrada Familia de Gaza, denuncia que «hombres, mujeres y niños lloran. Tratan desesperadamente de buscar cómo alimentarse y asegurar su propia protección», «luchando por sobrevivir». «La gente tiene miedo, pero no quiere rendirse».

En la Franja de Gaza, de un total de un millón y medio de habitantes, cinco mil son cristianos, en su mayoría griegos ortodoxos, y trescientos son católicos de rito latino.

Dado que era demasiado peligroso para los fieles circular por la zona, la parroquia canceló la misa de final de año a medianoche y la del nuevo año, sustituyéndolas por celebraciones en una capilla escolar.

«No logro ver a muchos de mis feligreses pero les envío regularmente mensajes de texto por teléfono móvil (sms) para ofrecer una palabra espiritual que les anime y ayude a orar –reveló el padre Musallam–. Hemos decidido recitar al inicio de cada hora la oración: ‘Dios de paz, da paz a nuestro país; Dios de misericordia, da misericordia a nuestro país'».

Sin embargo, a causa de los bombardeos, ahora no funcionan las compañías de teléfonos móviles y posiblemente estos mensajes ya no llegan a los parroquianos.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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