El cardenal Martino apoya a obispo argentino por defender la vida ante un ministro

Monseñor Baseotto denunció la promoción del aborto realizada por Ginés González García

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 21 febrero 2005 (ZENIT.org).- El cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, mostró su apoyo este lunes al obispo castrense de Argentina, monseñor Antonio Baseotto, quien criticó las declaraciones del ministro de salud de su país a favor del aborto.

El cardenal Martino invita al prelado a seguir defendiendo la vida por nacer, porque los pastores «no podemos callarnos ante las absurdas apologías que pretenden defender lo indefendible».

El purpurado vaticano expresó a monseñor Baseotto en una carta su «comunión eclesial» ante sus «valientes y contundentes palabras» para criticar al ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, quien se manifestó públicamente a favor de despenalizar el aborto.

La Constitución argentina ampara los derechos de la persona desde el momento de la concepción y le ofrece tutela legal.

«Todos los miembros de la Iglesia, particularmente nosotros que como pastores debemos cuidar de los fieles que el Gran Pastor nos encomendó, no podemos callar ante las absurdas apologías que pretenden defender lo indefendible», afirma la carta del cardenal publicada este lunes por la agencia católica argentina de noticias, AICA

«El aborto provocado es y será siempre un delito abominable y constituye siempre un desorden moral particularmente grave; lejos de ser un derecho, es más bien un triste fenómeno que contribuye gravemente a la difusión de una mentalidad contra la vida, amenazando peligrosamente la convivencia social justa y democrática», añade Martino.

«Las campañas que promocionan el uso del preservativo, como bien lo denuncia vuestra excelencia, se hacen más por amor al dinero que por amor al hombre», indica.

«Por el bien del hombre no podemos callar cuando personas o instituciones, de manera hipócrita y absurda, hacen sendos discursos auto proclamándose defensores de los derechos humanos por un lado, y por el otro promocionan el aborto, propiciando la violación del derecho a la vida que es principio y condición para el ejercicio de todos los demás derechos», reconoce.

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ZENIT Staff

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