El cardenal Poupard pide que Saddam Hussein no sea condenado a muerte

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 21 junio 2006 (ZENIT.org).- El cardenal Paul Poupard, presidente de los Consejos Pontificios para el Diálogo Interreligiosos y de la Cultura lanzó este miércoles un llamado para que el ex presidente iraquí Saddam Hussein no sea condenado a muerte, recordando que «la vida humana es siempre inviolable».

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«El “Catecismo de la Iglesia católica” y el Papa reiteran que toda persona es criatura de Dios, y que nadie puede considerarse dueño de la vida y la muerte de otro, excepto el Creador», afirmó este miércoles el purpurado en declaraciones a la agencia italiana ANSA.

Poupard se pronunció tras la requisitoria del ministerio público que hace dos días pidió la pena de muerte para el ex presidente. «La vida es un don, y esto –afirmó– es un principio universal y no hay excepciones. Toda criatura, incluso la más desgraciada, fue creada a imagen y semejanza del Señor. Dios es maestro de la vida y de la muerte».

La sentencia del tribunal iraquí que juzga al anterior dictador iraquí podría hacerse pública en los primeros días de agosto, según fuentes de prensa.

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ZENIT Staff

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