El cardenal Re en la primera Jornada de la Juventud de Ecuador

GUAYAQUIL, domingo, 6 julio 2008 (ZENIT.org).- Con una solemne concelebración eucarística, presidida por el Cardenal Govanni Batista Re, prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos, concluyó el 3 de julio la Primera Jornada Nacional de la Juventud que se ha celebrado en Guayaquil.

 

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Según informa la agencia Fides, el evento contó con la participación de más de 3000 jóvenes, que desde todas las provincias del país se trasladaron a la ciudad de Guayaquil, unidos por el lema «Jóvenes, con la fuerza del Espíritu Santo, serán mis testigos».

Los participantes fueron acogidos por centenares de familias guayaquileñas de varias parroquias.

En la homilía de la ceremonia de clausura, el cardenal Re dijo a los jóvenes que «la vida es una sola y el tiempo pasa muy rápido, la vida… vivida con la fe en Dios es una aventura fascinante», los invitó a «tener confianza en la Iglesia, esta Iglesia que es divina y humana que cuenta con la asistencia de Dios, pero también tiene los límites de los hombres, no obstante esos límites, agregó, la Iglesia les transmite el mensaje de Cristo de manera auténtica y segura; la Iglesia continúa en el mundo de hoy la obra de Cristo, dentro de la barca de la Iglesia podemos salvarnos y si huimos de ella corremos el riesgo de ahogarnos».

Señaló además que «la inexistencia de ideales conducen al vacío y al aburrimiento, por ello queridos jóvenes los invito a no dejar para mañana las decisiones fundamentales de la vida. Cuando el Señor nos llama, dijo, nos da también la fuerza y gracia necesarias para responder a las responsabilidades que en el camino se puedan encontrar».

Recordando al Papa Juan XXIII, el purpurado subrayó que «la vida es la realización de un sueño hecho en la juventud y pidió a cada joven tener su sueño, un sueño grande y buscar realizarlo teniendo a Cristo como compañero en estos años de la juventud. Queridos jóvenes, la vida vale la pena vivirla, pero cuando se vive por un gran ideal, y Jesucristo es el más hermoso y más grande ideal posible… él les ofrece el modelo más perfecto como persona, les ofrece un estilo de vida que conduce a la plenitud de la existencia».

El cardenal concluyó su homilía expresando su deseo de que Cristo sea realmente para cada uno de los participantes «luz y fuerza en la vida que se abre delante de cada uno».

La santa misa fue concelebrada por el arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Antonio Arregui Yarza, los obispos auxiliares, monseñor Marcos Pérez, monseñor Aníbal Nieto y sacerdotes de la arquidiócesis.

Al final de la ceremonia se anunció que la sede para la segunda Jornada Nacional del Juventud 2009 será la ciudad de Cuenca.

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ZENIT Staff

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