MADRID, 17 enero 2003 (ZENIT.org).- La Universidad de Navarra otorgó este viernes el título de doctor «honoris causa» al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y a Mary Ann Glendon, catedrática de Derecho de la Universidad de Harvard, y a Anthony Kelly, profesor emérito de Ciencia de Materiales y Metalurgia de la Universidad de Cambridge.
El cardenal Rouco realizó en su discurso de investidura un recorrido por la historia de la eclesiología desde los primeros tiempos de la Iglesia hasta la actualidad afirmando que, en el contexto del Concilio de Trento, una de las «notas» identificadoras de la verdadera Iglesia de Jesucristo es la que se expresa con la categoría de «católica».
Esta conciencia católica se ahondó con la evangelización de América, con la aportación de los teólogos españoles de la Escuela de Salamanca, con los místicos a partir del siglo XVI, especialmente en España, con san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Jesús, san Juan de Ávila, san Juan de la Cruz, fray Luis de Granada, Luis de León, Francisco de Osuna, etc.
Después del Concilio Vaticano II, según el cardenal Rouco, surgieron teorías y corrientes pastorales incompatibles con la catolicidad de la Iglesia porque especulan con una primacía de la Iglesia particular.
El arzobispo de Madrid concluyó diciendo que ante el problema de «la catolicidad de la Iglesia» en el umbral del siglo XXI, ésta necesita retornar a la eclesiología de la Iglesia antigua, de donde vienen siempre «las aguas frescas» que limpian y renuevan todo el organismo de la teología y de la pastoral de la Iglesia.
«En nuestros días, la vuelta al legado patrístico traerá impulsos nuevos para la nueva evangelización en un tiempo en que la transmisión de la fe no puede renunciar a la unicidad y unidad de la Iglesia», aseguró el purpurado.
