El cardenal Sodano, confirmado secretario de Estado, seguirá buscando la paz

Declaraciones en una entrevista concedida a la prensa italiana

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CIUDAD DEL VATICANO, 24 noviembre 2002 (ZENIT.org).- El cardenal Angelo Sodano –confirmado por Juan Pablo II como secretario de Estado de la Santa Sede al cumplir los 75 años–, ha hecho públicos tres de sus objetivos principales de trabajo: promover la paz –particularmente en Irak–, aumentar la presencia en la ONU, e incidir en los valores de la nueva Europa.

En una carta dirigida a su brazo derecho en la guía del Vaticano, el Papa expresaba este sábado su «reconocimiento personal» por el servicio realizado en estos doce años y confiaba en «seguir contando» con su «iluminada colaboración» «sine die», es decir, sin fecha de final de mandato.

En ese sábado el cardenal Sodano había presentado –como prevé el Código de Derecho Canónico– su renuncia al Papa en el cargo, que había asumido en 1990, en sustitución del cardenal italiano Agostino Casaroli.

Guerra preventiva
En una entrevista concedida este domingo al diario de mayor tirada de Italia, «Il Corriere della Sera», el purpurado recuerda algunos de los momentos más emocionantes de estos años de servicio al Papa y a continuación afronta la cuestión de la «guerra preventiva» contra Irak.

«Antes de presentar cualquier otra hipótesis hay que recorrer hasta el final el camino de la negociación y de la solución concordada. Con la guerra no se resuelven los problemas y el término de guerra preventiva hasta ahora no aparece en el vocabulario de las Naciones Unidas», aclara.

Naciones Unidas
Ante quienes afirman que las Naciones Unidas no están a la altura de las circunstancias, el cardenal afirma que «todos deberían hacer lo que les corresponde para ayudarles a asumir un papel cada vez más activo y eficaz en el escenario mundial».

En este sentido asegura que «la Santa Sede pretende estudiar las posibles formas de una mayor presencia en esta asamblea», sin descartar la posibilidad de pasar a ser miembro a pleno título de la ONU, «si fuera útil». Pero, aclara, «es una cuestión abierta».

Actualmente la Santa Sede goza del estatuto de «observador permanente de Estado no miembro», en virtud del cual tiene derecho de palabra pero no de voto. Compartía esta condición con Suiza hasta hace una semanas. La Confederación Helvética, tras un referéndum, ha pasado a ser Estado miembro.

Nueva Europa
Por último, el cardenal confirma su apoyo al proceso de unificación europea –«desde hace casi 25 años el Santo Padre invita a Europa a respirar con los dos pulmones», el de Occidente y el de Oriente–, y al mismo tiempo pide que el viejo continente reconozca su herencia cristiana.

«Esperamos que este patrimonio cristiano sea mencionado en el artículo 2 de la futura Constitución, que hablará de los valores de la nueva Europa. Esperamos también que se pueda introducir un nuevo artículo en el que se diga que la Unión Europea hace propios los principios de la libertad religiosa, reconoce la existencia de las Iglesias y de las demás comunidades religiosas, y garantiza su derecho a organizarse en libertad», concluye.

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ZENIT Staff

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