El cardenal Terrazas urgió al diálogo ante la crisis de Bolivia

En el mensaje inaugural de la LXXXVI Asamblea de obispos

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COCHABAMBA, viernes, 4 abril 2008 (ZENIT.org).- El 3 de abril se inauguró la LXXXVI Asamblea de obispos de Bolivia, en la casa «Clemente Maurer» de Cochabamba, que prolongará sus trabajos hasta el día 8 de abril. El cardenal Terrazas, presidente, hizo un llamamiento a la paz y al diálogo en su mensaje inaugural ante la crisis que sufre el país.

En el acto inaugural, tuvo lugar la lectura del mensaje del cardenal Julio Terrazas, arzobispo de Santa Cruz y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, titulado «La paz esté con ustedes» y un saludo del padre Marco Gancci, encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica en Bolivia

«Hoy más que nunca –empezó diciendo el cardenal Terrazas en su mensaje–, en la situación de tensión y crispación que vive nuestro país, resuena esperanzador el saludo del Señor Resucitado a sus apóstoles: «La paz esté con ustedes». La paz que el Señor nos da «no es cómo la da el mundo», es la que brota de sus manos y corazón traspasados en la cruz y transfigurados por la Resurrección. La paz es el don más preciado que el Señor confía a los apóstoles, paz que es nueva relación de nosotros como hijos con Dios Padre, y como tales somos todos hermanos en Cristo».

El cardenal se congratuló por la «la alegre noticia» de que Benedicto XVI ha nombrado a monseñor Luciano Suriani nuevo nuncio en Bolivia y anunció que será ordenado obispo el próximo 26 de abril en la catedral de Chieti, Italia.

«A él, le ofrecemos nuestra oración para que su ministerio pastoral sea fecundo y a imagen del Buen Pastor lleve adelante su misión con entrega y generosidad. Le esperamos con los brazos abiertos», dijo el cardenal.

Recordó también «las palabras cercanas y certeras» de Benedicto XVI con motivo de la presentación de las cartas credenciales del embajador de Bolivia ante la Santa Sede.

En este sentido, comentó que «el cuadro que el Papa Benedicto XVI hace de la situación del país, demuestra conocimiento profundo de nuestra realidad y sentir solidario de Pastor».

Subrayó también que el próximo mes de mayo se recordarán los 20 años de la visita pastoral de Juan Pablo II a Bolivia. «Lo recibimos y aclamamos como ‘sembrador de justicia y esperanza», recordó el cardenal.

El purpurado boliviano se refirió a continuación a la situación de crisis que vive el país: «Con humildad, constatamos que aún estamos lejos de haber cumplido con estas exhortaciones [las de Juan Pablo II en su visita]. De haberlas hecho vida, no estaríamos sufriendo por la situación de crisis como lo señalamos en nuestras recientes ‘Orientaciones pastorales sobre el proyecto de CPE’».

Insistió el cardenal en la urgencia del diálogo: «La convulsión social y política en la que estamos inmersos ha movido a las partes en conflicto a solicitar nuestros buenos oficios para ‘facilitar’ el diálogo. Lo estamos haciendo con sencillez, tesón y sincera vocación de servicio a nuestra patria, escuchando a los actores implicados».

Este ánimo de ser servidores de todos, aseguró el cardenal «lo hemos reafirmado anoche en el encuentro con el señor Presidente de la República. Sin embargo, estoy persuadido de que es imposible facilitar el diálogo, mientras vemos campear aún la desconfianza recíproca, las presiones  y la violencia».

«El diálogo que espera el país -subrayó–, debe ser claro y constructivo. No se avanza si se sacralizan posiciones hechas y si no se renuncia a seguridades que se esgrimen, olvidando el bien de todos. La paz y la justicia tienen que ser el fruto del encuentro entre hermanos, ‘que se reconocen como tales y como tales se aman’».

Explicó también que, en estos días de oración, reflexión y trabajo, esta Asamblea tiene el cometido de elaborar el Enfoque y Directrices Pastorales para orientar y dinamizar el quehacer evangelizador de las comunidades desde la perspectiva del documento de Aparecida, «a fin de que cada bautizado sea auténtico discípulo-misionero desde el encuentro personal con el Señor».

Destacó, como momento de particular fraternidad eclesial, el encuentro que como pastores de la Iglesia mantendrán con la directiva de la Conferencia Boliviana de la Vida Consagrada y con los responsables religiosos de las regiones del país.

Otro acontecimiento, dijo, «que nos llena de gozo en este tiempo Pascual», será el encuentro de oración con los pastores y animadores de las Iglesias cristianas.

Así mismo serán motivo de celebración los cincuenta años de la Caritas Boliviana, a través de la cual la Iglesia en este país «ha venido dando respuestas concretas, con acciones constantes en favor de los más pobres, abandonados de la sociedad y víctimas de catástrofes naturales».

El cardenal dijo también esperar «con ansia la visita ad limina apostolorum que realizaremos en el mes de noviembre y que nos brindará la oportunidad de encontrarnos con el Pastor universal, el Papa Benedicto XVI. Ese momento marcará nuestra vida personal y será también la ocasión para presentarle el caminar de nuestras Iglesias locales y de nuestro país, con sus logros y dificultades».

Y concluyó retomando «el mensaje de paz que nos trae el Señor Resucitado, paz para nosotros como pastores, paz para nuestras Iglesias particulares, paz para nuestras regiones y paz para toda Bolivia, especialmente para los que tienen la responsabilidad de velar por la paz en el país. Que Bolivia se anime a ser constructora de paz, llena de esperanza, de amor y de libertad. Que María Reina de la paz, sea guía segura en estos días de reflexión y decisiones para bien del pueblo de Dios».

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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