CIUDAD DEL VATICANO, viernes 27 de junio de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado vicario general del Papa para la diócesis de Roma al cardenal Agostino Vallini, hasta ahora prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.
Sustituye al cardenal Camillo Ruini, quien había sido nombrado para este cargo por Juan Pablo II en 1991, y que había presentado la renuncia por límite de edad (tiene 77 años).
El cardenal Agostino Vallini, quien será también arcipreste de la basílica papal de San Juan de Letrán, nació en Poli, pequeño pueblo de la provincia de Roma, en la diócesis de Tívoli, el 17 de abril de 1940, hijo de un padre policía deportado a Alemania durante la segunda guerra mundial.
Al concluir la guerra, la familia pudo volver a reunirse en el sur de Italia, en 1949, primero en Caserta y después, en 1951, en Nápoles. Su madre falleció un año después.
Entró en el seminario de Nápoles y fue ordenado sacerdote en esa ciudad en 1964. Se doctoró en Derecho in utroque iure en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. Se unió al grupo laico «Sígueme», fundado por el padre Anastasio Gutiérrez.
Como profesor ha enseñado en la facultad eclesiástica de Nápoles, en la Universidad Pontificia Lateranense, y en 1978 fue nombrado rector del seminario mayor de Nápoles, cargo que ocupó hasta 1987, cuando fue nombrado decano de la sección Santo Tomás de la Facultad Teológica de Italia del Sur.
En 1989, Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar de Nápoles. En 1999, el mismo Papa le nombraba obispo de Albano, diócesis que se encuentra junto a Roma y, en 2004, prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, siendo promovido a la dignidad de arzobispo.
Benedicto XVI le creó cardenal en el consistorio del 24 de marzo de 2006.
Con motivo del nombramiento, Benedicto XVI recibió este viernes en el Vaticano a 400 representantes del Vicariato de Roma, un emotivo encuentro en el que dio las gracias al cardenal Ruini por sus años de servicio tanto él como a Juan Pablo II.
«Querido cardenal –dijo el Santo Padre al cardenal Ruini–, usted ha dado un ejemplo que va más allá de las iniciativas del momento, un ejemplo en el compromiso de ‘pensar la fe’, con absoluta fidelidad al Magisterio de la Iglesia, con puntual atención a las enseñanzas del Obispo de Roma y al mismo tiempo, escuchando constantemente las preguntas que brotan de la cultura contemporánea y de los problemas de la sociedad actual».
Saludando al cardenal Vallini subrayó dos de sus dotes: «sabiduría y afabilidad».
«Querido cardenal –dijo el Santo Padre al cardenal Ruini–, usted ha dado un ejemplo que va más allá de las iniciativas del momento, un ejemplo en el compromiso de «pensar la fe», con absoluta fidelidad al Magisterio de la Iglesia, con puntual atención a las enseñanzas del Obispo de Roma y al mismo tiempo, escuchando constantemente las preguntas que brotan de la cultura contemporánea y de los problemas de la sociedad actual».
Saludando al cardenal Vallini subrayó dos de sus dotes: «sabiduría y afabilidad».
