El Centro Internacional Juvenil San Lorenzo celebra 26 años de servicio a los jóvenes

Un centro en Roma que pretende brindar un espacio de fe a los jóvenes.

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 9 de marzo de 2008 (ZENIT.org) Diálogos en distintos idiomas sobre cómo se vive la fe, decenas de jóvenes que se encuentran en un salón decorado con todos los afiches de las diferentes Jornadas Mundiales de la Juventud – desde Roma en 1986 hasta Sydney en 2008 – es el ambiente que se vive en el centro Internacional Juvenil San Lorenzo en Roma.

Depende del Pontificio Consejo para los Laicos. Está ubicado a pocos metros de la Plaza de San Pedro, detrás de la Vía de la Reconciliación. Pretende acoger a los jóvenes que vienen a la Ciudad Eterna para peregrinar o estudiar.

Busca ofrecerles un espacio comunitario donde puedan compartir su fe con personas que vienen de otros países. También organiza peregrinaciones en diferentes iglesias y santuarios de Roma.

“Este Centro depende de lo mejor de ustedes y puede consolidar lo mejor de ustedes. Hablará de aquello que os mueve, os entusiasma, de aquello que orienta vuestra vida”, así lo dijo el papa Juan Pablo II el 13 de marzo de 1983, día de la inauguración del centro San Lorenzo.

Se espera que decenas de jóvenes asistan este viernes a la misa de acción de gracias por su vigésimo sexto aniversario, que presidirá el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos.

De jóvenes y para jóvenes

La parte logística del centro está manejada por jóvenes pertenecientes a la Comunidad del Emmanuel que vienen por un período de dos años. Actualmente trabajan en el centro los jóvenes Leen den Blauwen, procedente de Bélgica y Roselyne Lauwick de Francia.

Emmanuel es una comunidad internacional fundada en Francia por Pierre Goursat y Martine Laffitte, en 1974. Su primer carisma es la evangelización. Pertenecen personas en distintos estados de vida: sacerdotes, consagrados, familias, jóvenes y niños.

“La cuestión es hacer que la visita a Roma no sólo sea histórica sino también espiritual”, explicó a Zenit Leen den Blauwen.

El centro está abierto de lunes a viernes de 11 de la mañana a siete de la noche. Los sábados desde las cuatro de la tarde hasta las siete de la noche. Todos los días, en la iglesia San Lorenzo in Piscibus, ubicada dentro del mismo centro, los jóvenes pueden participar de la adoración eucarística y la misa.

Allí San Lorenzo mártir (210 – 258), decidió dejar todos sus bienes para dárselos a los pobres. Allí está la cruz original de la Jornada Mundial de la Juventud con la que Juan Pablo II inició este importante evento que organiza la Iglesia cada tres años.

“Estamos en el corazón de la Iglesia. Tenemos la oportunidad de invitar los obispos y los cardenales que celebran la misa aquí y después comparten un poco con los chicos y así hemos podido conocer un poco la Iglesia en el mundo” asegura Rooselyne Lauwick.

Una familia en la fe

“Cuando llegué a Roma no conocía a nadie. El centro me ha ayudado a conocer gente, a rezar más fielmente. Estoy aquí, lejos de mi familia y aquí he encontrado una pequeña familia”, dijo a Zenit Blanche de Craecker, quien vino hace seis meses de París por una beca del programa Erasmus para hacer un semestre de intercambio en la universidad de La Sapienza.

“Es una bonita misión para nosotros porque tenemos la oportunidad de encontrar chicos de todo el mundo. Cada joven tiene una historia. La mayoría de los que vienen a Roma es porque quieren reforzar esta fe, este amor a la Iglesia”, asegura Leen den Blauwen.

Los jóvenes hallan en San Lorenzo un espacio donde encuentran amigos para compartir la fe: “Hay una comunidad muy fuerte. El Papa Juan Pablo II dijo id y evangelizad. Se puede ver que hay una vitalidad de jóvenes y es bello verlo”, dijo a Zenit Rebecca, proveniente de Chicago que vino a estudiar un master de Matrimonio y familia en el instituto Juan Pablo II.

Para Araceli Orleáns, proveniente de México, fue la Providencia la que la condujo a este centro, toda vez que se enteró de su existencia siguiendo un cartel que hay en la Plaza de San Pedro. “Aquí encontré un tesoro porque todos somos católicos y compartimos el sentir Iglesia. No importa el lugar de donde vienes”, asegura Araceli.

Así los jóvenes ven este lugar lo que Juan Pablo II quiso que fuera hace 26 años e el momento de su inaguración: “Deseo que este Centro llegue a ser una fragua de formación de verdaderos cristianos, que sepan testimoniar coherentemente el Evangelio en el mundo de hoy”.

Más información: centrosanlorenzo@laity.va. Tel (39) 06 69 885 332

[Por Carmen Elena Villa]

 

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ZENIT Staff

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