El conflicto de Oaxaca no puede resolverse con la violencia, aseguran los obispos

MEXICO, D.F., martes, 24 octubre 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- Los obispos mexicanos, «preocupados por la gravedad de los conflictos que, día a día, crecen en el pueblo de Oaxaca y que son la causa de un estado de ingobernabilidad que lastima la dignidad de su gente», han alzado «la voz» a través de un comunicado para «proclamar que hay esperanza para lograr la paz».

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El Estado mexicano de Oaxaca lleva cinco meses inmerso en una profunda crisis social después de que los maestros comenzaran un paro de actividades el 22 de mayo para exigir salarios más altos.

A los maestros se les unió la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) y otras 200 organizaciones civiles, que mantienen ocupadas plazas, calles, edificios públicos y emisoras.

«Pareciera que la encrucijada por la que atraviesa el Estado de Oaxaca nos lleva irremediablemente a buscar medios de violencia para acallar el presente conflicto; sin embargo, queremos insistir una vez más, que la solución no está en la intervención armada, nunca lo será», afirma un comunicado emitido este martes por la Conferencia del Episcopado Mexicano.

«Urge la fuerza del orden, no de la represión –añaden los prelados en el texto–. La solución está en el corazón de cada mexicano; en el amor del hombre y para el hombre; en el desprendimiento de intereses particulares para buscar el interés del pueblo».

En el documento, firmado por monseñor José Guadalupe Martín Rábago
obispo de León, y por monseñor Carlos Aguiar Retes, obispo de Texcoco, presidente y secretario respectivamente de la Conferencia Episcopal «hace un llamado a mantener viva y activa la esperanza, comprometiéndonos en la construcción de la paz, de la reconciliación y el bien común por medio de nuestra participación».

«En un problema social como el que sufrimos nadie tiene todas las respuestas ni la solución absoluta, por eso es necesario confiar en un diálogo honesto donde experimentemos que la solución se encuentra entre todos», afirman los obispos.

«Es imprescindible –consideran– que surja una madura reconciliación en todos los niveles, que propicie el reconocimiento de los derechos y deberes de cada oaxaqueño, que motive la pronta solución de los conflictos que por años se han visto y sentido en Oaxaca».

Los prelados piden «respetuosamente al gobierno que supere toda tentación de venganza, que actúe con plena imparcialidad, que impulse las reformas que necesita el pueblo restableciendo la anhelada gobernabilidad y la vigencia del estado de derecho».

«Tanto el Gobierno, como la APPO, el Magisterio, las organizaciones civiles y sectores de la sociedad, tienen la oportunidad histórica de impulsar esta reconstrucción social de Oaxaca. Cada uno de nosotros puede ser parte de la solución de los conflictos», aclara el comunicado.

«Es necesario un Pacto Social entre las diferentes organizaciones y fuerzas de la sociedad para:
1).- Abonar un ambiente de paz evitando toda violencia y propiciar que los conflictos se resuelvan con el diálogo y por la vía institucional;
2).- Apoyar con acciones adecuadas la reconciliación social a todos los niveles;

3).- Estimular se diseñe el nuevo orden social para Oaxaca», añade el comunicado.

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ZENIT Staff

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