SAN SEBASTIÁN, 7 dic (ZENIT.org).- Juan María Uriarte, obispo de San Sebastián, propuso ayer la senda del diálogo como vía para resolver el conflicto vasco y apeló a los partidos a realizar una apuesta decidida por la paz al margen de sus intereses políticos, aunque les cueste votos.
El prelado explicó que la Iglesia, «por coherencia», es favorable al diálogo y, añadió, «la solución» al conflicto vasco «vendrá cuando se pueda hablar».
En este sentido, aseguró que «la Iglesia hará todo lo posible para que, cuanto antes, llegue ese momento».
El prelado hizo ayer estas declaraciones al presentar su carta pastoral titulada «Renovarse y pacificar», en la que aborda extensamente la necesidad de «orar y trabajar por la paz». Como elementos de mayor calado en la búsqueda de la paz enumeró «el derecho a la vida, la seguridad, la integridad y la libertad de las personas», para relegar a un segundo plano, a pesar de su importancia, cuestiones como «la situación social y política presente».
Monseñor Uriarte –que actuó de mediador entre representantes del Gobierno y de ETA en las conversaciones mantenidas durante la última tregua– propuso como prioridad en estos momentos el «sí rotundo a la defensa de la vida humana y un no radical y total a los asesinatos de ETA».
Y añadió: «ETA debe escuchar la voz inmensamente mayoritaria de este pueblo que le insta a abandonar definitivamente la vía de la violencia».
Al mismo tiempo mostró la cercanía de la Iglesia a las víctimas de la violencia y exigió que «el respeto» a estos muertos «debe abstenernos de toda utilización política del sacrificio de sus vidas».
El obispo de Canarias, Ramón Echarren, dijo antes de ayer que la Santa Sede podría estar dispuesta a mediar en el conflicto que atraviesa el País Vasco –y, por tanto, el resto de España– si la banda terrorista ETA y el Gobierno lo piden. Como condición para una decisión de este tipo, consideró que es irrenunciable que antes ETA abandone las armas.
