CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 19 enero 2006 (ZENIT.org).- Madrid acogerá en octubre un Congreso Mundial de televisiones católicas para profundizar en la “catolicidad” y para crear redes de intercambio y diálogo.
Lo explica en esta entrevista Leticia Soberón, oficial del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y miembro del Comité Organizativo del Congreso.
El Congreso se realizará del 11 al 13 de octubre y próximamente se podrán encontrar datos informativos en una sección de la web de la archidiócesis de Madrid, organizadora local de este congreso.
–¿El encuentro de televisiones católicas quiere perfilar en qué consiste la identidad de la televisión católica?
–Soberón: Sí, se trata de profundizar qué significa la «catolicidad» de una presencia en los medios de comunicación, a la vez conservando la enorme diversidad de estilos y carismas, formas de presencia y géneros visuales que pueden estar presentes en la constelación de realidades televisivas católicas.
Otro objetivo del congreso es conocer la nueva panorámica que nos abre la tecnología y que está
transformando profundamente los costos y modos de hacer televisión. Es necesario prepararse porque los cambios están ya en marcha.
–La lógica evangélica y la lógica comercial no concuerdan. Sin embargo, es necesario crear productos que se sostengan. ¿Cómo conjugarlo?
–Soberón: Ciertamente se trata de un desafío, y no parece que haya una sola fórmula mágica que nos dé la solución. Tiene mucho que ver con calidad profesional de las iniciativas, el diálogo con los diversos sectores de usuarios, la creatividad para seleccionar temas y formatos que obtengan buen eco en el público, y sobre todo la densidad y oportunidad de los contenidos de fondo.
El público, a pesar de lo que se dice, detecta y agradece la buena calidad de los productos televisivos. El congreso estudiará estos y otros aspectos de la dimensión empresarial de estas entidades.
–¿Qué sería lo máximo que podría hacer una televisión católica?
Soberón: Cada una, en su especificidad, si se plantea seriamente servir con amor y verdad a las personas concretas y a la sociedad a la que se dirige, según el Evangelio, hará lo mejor.
–¿Cómo se puede establecer una relación mayor entre estas emisoras, intercambiando programas, ideas etc…?
Soberón: El objetivo del congreso es responder al deseo que muchas emisoras y productoras católicas tienen de formar parte de un conjunto, ofrecer lo propio y beneficiarse de lo de otros siguiendo la imagen de la «mesa común», que está cada vez más facilitada por la evolución tecnológica pero que requiere decisión y perseverancia para lograr las fórmulas concretas.
–¿Quiénes podrán participar en este Congreso?
–Soberón: El congreso aglutinará sobre todo a las entidades televisivas católicas, y el número de plazas será, por fuerza, limitado.
De otro modo sería ingestionable, y es importante que tenga una amplia dimensión de encuentro, discusión y aterrizaje en pistas para la colaboración.
Las instituciones habrían de escribir al Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales (PCCS) para expresar su intención en participar.
Sabemos que esta iniciativa ya está generando interés en las reuniones continentales que preparan temas y delegados para asistir a este congreso.
