El Consejo vaticano para la Familia impulsa el diálogo con legisladores de América

Convoca un congreso en su séptima edición, esta vez en Santo Domingo

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CIUDAD DEL VATICANO miércoles, 20 febrero 2008 (ZENIT.org).- Diálogo en la verdad con todos sobre normas vigentes en materia de defensa de la vida: es el objetivo del congreso que, por séptima vez, convoca el Consejo Pontificio para la Familia, en esta ocasión en Santo Domingo, en una cita continental –antes del verano– en la que espera a trescientos políticos y legisladores.

En una entrevista concedida a «L’Osservatore Romano» –edición diaria en italiano del 20 de febrero de 2008– el presidente del dicasterio, el cardenal Alfonso López Trujillo, desmiente que se trate de un viaje «»a distintos continentes» como enviado del Papa para hablar con líderes políticos, jefes de Estado e instituciones culturales sobre la moratoria contra el aborto».

«En realidad se trata del VII congreso organizado por nuestro dicasterio», confirma, y cita las tres experiencias similares celebradas en América (Brasil 1994, México 1997, Argentina 2003) y las otras tres en Europa (una en Eslovaquia y dos en Roma).

«Se trata de una modalidad de diálogo con el mundo que se lleva adelante desde hace mucho tiempo», explica.

Responde a cuanto alentaba Juan Pablo II y ahora hace Benedicto XVI, quien, como recuerda el purpurado, por el vigésimo quinto aniversario del dicasterio les ha exhortado a proseguir el diálogo en la verdad con todos.

«Por eso –apunta el cardenal López Trujillo– hemos invitado a exponentes de diversos partidos, de diversas naciones, creyentes y no creyentes, personas interesadas en dialogar con respeto, en profundidad, con una actitud de apertura a la verdad».

Y vuelve a llegar el turno a Europa, donde el dicasterio –adelanta su presidente al diario de la Santa Sede– prepara un nuevo congreso continental –«tal vez para finales de año o inicios del próximo»– sobre «La sacralidad de la vida»: «desde la concepción hasta la muerte natural».

«Varias veces, muchas veces –precisa– hemos podido dialogar estupendamente con no creyentes sobre el valor sagrado de la vida, sobre temas ligados a la familia. En Italia hay quien se pregunta si es posible compartir este empeño también con el no creyente, y se olvida que repetidamente, en muchos documentos, los Papas han expresado que esto es posible porque existen las dos alas para ascender a la verdad: la fe y la razón».

A través de la razón –subraya el cardenal López Trujillo– «cuantos no participan de nuestra fe pueden alcanzar con una antropología elemental valores y principios que son aceptables».

En su reflexión en el periódico, el purpurado observa cuántos intelectuales carecen de fe y sin embargo se reconocen, por ejemplo, en el pensamiento del Papa respecto a los presupuestos de base del humanismo, en un sentido de humanidad compartido.

«Por esto la Iglesia cree en la posibilidad del diálogo e invita a políticos y legisladores –insiste–. Lo piden los papas y lo pide apasionadamente Benedicto XVI, que ha alentado esta visión».

«Como presidente del dicasterio para la Familia, yo mismo he tenido muchas veces la posibilidad y el honor de intervenir en los parlamentos de buena parte de Europa y de América Latina y jamás he tenido problemas para exponer el pensamiento de la Iglesia», advierte.

En cualquier caso, señala también que muchos no quieren reconocer a la Iglesia su papel –en el debate público– «de conciencia moral, de punto de referencia esencial y sobre todo de mayor protectora de la dignidad humana».

«Pero ésta última no puede dejarse fuera de la Iglesia; si no, se llegaría a un suicidio, a esa «peste blanca» que golpea Occidente –constata– porque ya no hay valores morales compartidos».

En 1981 Juan Pablo II instituyó el Pontificio Consejo para la Familia –sustituyendo el Comité para la Familia, creado por Pablo VI en 1973–.

Su misión es la promoción de la pastoral y del apostolado en las familias cristianas, según la enseñanza de la Iglesia. Por su ámbito de competencia, vuelca su solicitud también en temas relacionados con la procreación responsable, defensa de la vida humana, derechos y legislación del matrimonio y la familia, educación sexual, demografía, anticoncepción, aborto y bioética, entre otros.

Se encarga de la organización del Encuentro Mundial de las Familias, cita concurridísima que, desde la última -en Valencia (España)–, se prepara a celebrar Ciudad de México el próximo enero.

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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