El Cristianismo, «fuerza unificadora» de Europa; recuerdan los obispos bálticos

En el contexto de la ampliación de la Unión Europea

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TALLINN, lunes, 3 mayo 2004 (ZENIT.org).- En el marco del ingreso de diez nuevos Estados en la Unión Europea, los obispos católicos de Estonia, Letonia y Lituania han enviado un mensaje conjunto a sacerdotes, religiosos y laicos de las tres repúblicas bálticas subrayando el papel fundamental que ha tenido la fe cristiana en la historia del Viejo Continente.

El 1 de mayo marcó la entrada en la UE de Eslovaquia, Polonia, República Checa, Hungría, las tres repúblicas bálticas, la república ex yugoslava de Eslovenia, Malta y Chipre.

En la conclusión de la V Asamblea de las Conferencias Episcopales Bálticas (RBBC), celebrada la ciudad de Tallinn (Estonia) –26 a 30 de abril–, los prelados se han remitido a las palabras del Papa y han afirmado su convencimiento de que «sobre las bases de su patrimonio histórico, espiritual y cultural, Europa se ha convertido en un continente “gracias a la fuerza unificadora del Cristianismo, que ha sabido integrar pueblos y culturas”».

«Como europeos, queremos ser siembre profundamente conscientes de la herencia cultural y espiritual del pasado y reafirmamos, haciendo nuestras las palabras de un gran europeo, Juan Pablo II, que “una sociedad que olvida su pasado se expone al riesgo de no lograr hacer frente a su presente y, peor aún, convertirse en víctima de su futuro”», añaden.

«Nuestras naciones –se lee en una carta publicada el viernes pasado–, que han conocido la dolorosa experiencia de una vida privada de libertad en una sociedad atea, pueden testimoniar la importancia de la fe y de los valores religiosos para la salvaguardia de la dignidad humana y para el pleno desarrollo del hombre».

Y constatan: «Nuestras repúblicas bálticas han recuperado su independencia pagándola a un elevado precio, y por lo tanto estiman mucho los valores de libertad y justicia que pueden conducir a un sentido más alto de responsabilidad para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos».

Sobre la base de este patrimonio común de valores, los prelados afirman su compromiso en proclamar, defender y garantizar a las futuras generaciones de europeos «los valores de la dignidad humana, la sacralidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el papel central de la familia basada en el matrimonio, la solidaridad con los pobres, el principio de subsidiariedad, la importancia del derecho y la promoción de libertad y democracia».

«Con la confianza que nace de nuestra fe en el Señor Resucitado y en la preocupación que compartimos con el Santo Padre por todas las Iglesias, afirmamos y repetimos con él: “Europa que estás al inicio del tercer milenio: ¡abre las puertas a Cristo! Sé tú misma. Redescubre tus orígenes. Reaviva tus raíces”», concluyen.

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ZENIT Staff

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