El desafío de la pobreza convoca a médicos católicos de todo el mundo

XXII Congreso de la FIAMC: entrevista con el presidente de su comité organizador local

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BARCELONA, domingo, 19 marzo 2006 (ZENIT.org).- Del 11 al 14 de mayo próximo, la ciudad española de Barcelona acogerá el XXII Congreso de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas.

La cita mundial girará en torno al tema «Los médicos católicos y el desafío de la pobreza en la era de la globalización», y por primera vez permitirá contemplar una Exposición de Medicina misionera.

El presidente del comité organizador local del Congreso Internacional, el doctor José María Simón, profundiza en la iniciativa en esta entrevista concedida a Zenit.

–¿Cuáles son los objetivos de la FIAMC?

–Dr. Simón: Los objetivos de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) son los de coordinar las actividades de las asociaciones de los diversos países (algunas son muy grandes y fuertes), promover la existencia de asociaciones allí donde no las haya, colaborar al desarrollo de la profesión médica desde la perspectiva del humanismo cristiano, fomentar el conocimiento de la ética médica y desarrollar proyectos de cooperación internacional en el sentido apuntado por Benedicto XVI en su encíclica. La «charitas» es una misión propia de la Iglesia, junto con servir los Sacramentos y la Palabra de Dios.

Una de las formas más genuinamente médicas de trabajar en equipo es el desarrollo de congresos. En el XXII Congreso internacional, que además va acompañado de siete simposios paralelos y una gran Exposición de Medicina misionera, pretendemos que los asistentes se formen, establezcan vínculos entre sí, recen juntos y vuelvan a sus países de origen con nuevas energías para afrontar los retos del día a día. Por ahora, ya se han inscrito 500 médicos. Pero esperamos muchos más.

Ésta vez será la primera en la historia de la humanidad y la Iglesia que tenga lugar una magna Exposición de Medicina misionera. Siempre hay algo de exposición en los congresos, pero esta vez contaremos con unas 50 exposiciones, algunas muy bellas. Mostraremos al mundo lo mucho que hace la Iglesia con los enfermos. Allí donde la Medicina no es negocio, como en el África negra, es la Iglesia (y nuestros hermanos de las otras Iglesias) quien se ocupa de los enfermos. Ello es especialmente significativo en el caso del sida.

–Esta XXII edición del Congreso Internacional de la FIAMC se celebra «en honor y gratitud» a Juan Pablo II…

–Dr. Simón: El Congreso se celebra en honor y gratitud al Papa Juan Pablo II por la especial vinculación que tuvo su pontificado con la ciencia médica y por su valerosa defensa de toda vida humana, aunque fuera incipiente. La FIAMC editó un CD con todo el Magisterio de Juan Pablo II sobre la vida y la medicina. Él nos recibió siempre que lo deseamos. Recuerdo entrañablemente la audiencia en el Congreso sobre estado vegetativo persistente, que la FIAMC realizó junto con la Academia pontificia por la Vida.

–¿Por qué se considera importante abordar en este Congreso «el desafío la pobreza en la era de la globalización» desde el punto de vista de los médicos católicos? ¿Cree que pueden actuar en las causas del problema, y no sólo atajar sus consecuencias?

–Dr. Simón: La Pobreza es una de las lacras de la humanidad. Las asociaciones de médicos católicos (y las de farmacéuticos, psicólogos, etc.) podemos, debemos y ya trabajamos en las siguientes cosas para luchar contra la pobreza en salud: la telemedicina, el e-learning, los micro-créditos en sanidad, la Medicina misionera (que la lleva haciendo la Iglesia desde el principio) y la educación en valores. La Iglesia siempre educa en los valores más saludables, en los estilos de vida más sanos.

–¿Cuáles son las pobrezas globalizadas a las que se enfrenta la medicina? ¿Es hoy el embrión o el feto la persona más pobre del planeta?

–Dr. Simón: La Medicina se enfrenta a la malnutrición, a la malaria, al sida, a las madres que dan a luz sin atención médica. Una opción preferencial (no exclusiva ni excluyente, empero) de la FIAMC es la opción por las madres y consiguientemente la opción por los más pobres de los pobres, los embriones humanos sin una familia que los acoja.

–España, país anfitrión del Congreso, abre sus puertas con las novedades de la Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida, cuya falta de ética la envuelve en la polémica. ¿Qué repercusión tendrá este aspecto en esta próxima cita de médicos de todo el mundo?

–Dr. Simón: España está en unas condiciones difíciles en temas de vida y familia. Espero que el Congreso ayude también a los españoles a ver lo que está bien y lo que está mal. Y a corregir lo que está mal. Barcelona pondrá todo su esfuerzo para que el evento sea un éxito. Por cierto, que su majestad la Reina Sofía de España preside el Comité de Honor del congreso… En él también está monseñor Lozano Barragán (presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud), monseñor Elio Sgreccia (presidente de la Academia Pontificia para la Vida), el doctor Joaquín Navarro-Valls, el cardenal Herranz (que también es médico), el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, el cardenal Renato Martino, que dictará la conferencia inaugural, etc.

–El arzobispo de Barcelona, en un mensaje del pasado 1 de marzo, felicitó a la FIAMC por el sentido profundamente social y cristiano que da a este Congreso…

–Dr. Simón: El arzobispo de Barcelona ha apoyado con entusiasmo el Congreso y espera mucho del mismo. Él nos dirigirá algunas palabras y seguirá las sesiones atentamente. Además, las liturgias será bellísimas, una de las mismas en rito católico bizantino, como muestra de universalidad y de respeto por los 50 médicos ucranianos que vendrán.

[Información adicional y programa: www.fiamcbarcelona2006.org . Ndr].

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ZENIT Staff

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