El diálogo interreligioso pierde a Pandurangshastri Athavale, figura relevante del hinduismo

Monseñor Félix Machado recuerda su mensaje

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ROMA, 3 noviembre 2003 (ZENIT.org).- «Un hombre que dedicó su vida al bien de los demás, a la armonía y a la paz de nuestra sociedad»: así define el subsecretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso al desaparecido filósofo y sociólogo indio Pandurangshastri Athavale, un importante impulsor del diálogo entre las religiones.

Fallecido la semana pasada a la edad de 83 años, esta relevante figura del hinduismo –también llamado Dada, esto es, «hermano mayor»–, era conocida por haber fundado en 1943 la «Swadhyaia Family».

En el subcontinente indio, millones de personas pertenecen a este gran movimiento, orientado a favorecer el diálogo entre las religiones, en particular con la Iglesia Católica, y a la atención concreta a los necesitados.

Fue muy fructífera la colaboración iniciada en 2002 con el Movimiento de los focolares en la India, tras el encuentro con Chiara Lubich –fundadora del movimiento– en las jornadas de oración de Asís.

«Interpretó los textos sagrados del hinduismo dándoles una dimensión práctica», recordó monseñor Félix Machado.

«Dada me dijo una vez que él había aprendido esto del cristianismo –afirmó– y que los textos sagrados debían traducirse en acciones para el bien de todos, especialmente de los marginados, los pobres, los explotados».

«Aquí encontré un punto de partida para un diálogo profundo con el hinduismo», constató el domingo pasado ante los micrófonos de Radio Vaticana.

En su apertura hacia el cristianismo, Dada «tenía un gran respeto por Jesucristo como Hijo de Dios». «Decía siempre: “Jesús ha sido una persona que ha inspirado mi vida”. Pedía también a nuestros párrocos y obispos colaboración para mejorar la situación de los más pobres», prosigue monseñor Machado.

En el entorno hindú no hubo hostilidades en esta apertura de Dada, sino que «era una persona muy respetada». «Espero que otros hindúes, especialmente los que tienen tendencias fundamentalistas, imiten su ejemplo», manifestó monseñor Machado.

Y es que, en su opinión, cristianos e hindúes pueden enriquecerse mutuamente: «El cristianismo puede llevar a los hindúes la promoción de la dignidad humana, el respeto de la vida de todos».

Por su parte, los hindúes «pueden recordar a los cristianos que el aspecto de la oración, de la contemplación, es muy importante. No debemos simplemente desarrollar actividades, sino hacer siempre todo con gran amor, acudiendo a la fuente, que es Dios mismo», concluyó.

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ZENIT Staff

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