«El diálogo tiene que empezar en las sociedades musulmanas»

Entrevista con monseñor Henri Teissier, arzobispo de Argel

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ROMA, 30 noviembre 2001 (ZENIT.orgAvvenire).- Monseñor Henri Teissier, arzobispo de Argel considera que se ha atenuado el miedo entre el mundo musulmán de que la lucha contra el terrorismo se convirtiera en una lucha contra el Islam.

Al mismo tiempo, en esta entrevista, el prelado, de 72 años de edad, considera que el Islam tiene que optar finalmente por el diálogo y la democracia para superar sus propios problemas.

–El Papa ha vuelto a convocar a los obispos de Tierra Santa. ¿Sobre qué es urgente reflexionar hoy en su opinión?

–Henri Teissier: La situación en Palestina es difícil y esta no es ciertamente una novedad. Creo sin embargo que Occidente finalmente ha empezado a comprender el problema de un pueblo que tiene sus derechos, que ha aceptado entrar en un proceso de paz, mientras hay otra parte, Israel, que sigue con su política de hacer tiempo, de retrasar la puesta en marcha de los acuerdos de Oslo. Hoy quizá el proceso de paz puede de verdad dar pasos adelante y la Iglesia tiene que estar preparada a hacer su parte.

–En el mundo islámico sin embargo persiste un sentimiento de «antipatía» hacia Occidente. ¿De dónde proviene?

–Henri Teissier: No diría que existe una «antipatía» generalizada. Pero hasta hoy, siguiendo con el tema de Palestina, muchísimos islámicos se preguntaban como es posible hablar de paz y al mismo tiempo no hacer nada por la paz.

Sobre este punto se ha creado quizá una cierta «antipatía». Además, ciertamente hay grupos que han hecho una opción contra la modernidad: pero la gran mayoría de los musulmanes en cambio aceptan esta modernidad, viven con el ordenador, el teléfono, el avión, la televisión…

–Y, sin embargo, tras el 11 de septiembre parece haber una gran tensión. Todos están de acuerdo con el hecho de que los terroristas no representan al Islam, pero la tensión ahí está…

–Henri Teissier: Se debe más bien al hecho de que existe una tensión entre Norte y Sur del mundo. En muchos países, la vida es muy dura y son muchos los que piensan que la globalización no es algo que beneficia a todos sino sobre todo al Norte. Este es un punto crítico. Muchos países musulmanes pertenecen a este Sur del mundo. Si bien es verdad que algunos tienen petróleo y, en cierto modo, pertenecen a la economía del Norte, muchos otros se encuentran sujetos a las presiones de la economía mundial.

–¿En qué medida es posible entablar un auténtico diálogo con el mundo islámico para alterar esta situación?

–Henri Teissier: Creo que el diálogo no empieza como diálogo entre mundo islámico y Occidente, ni entre musulmanes y cristianos. El diálogo debe darse primero dentro de cada nación y entre los países musulmanes.

Si tomamos por ejemplo la realidad en la que vivo, creo que dentro de la sociedad argelina ha comenzado ya este diálogo. Porque lo que es importante es el bien de la nación, que depende de la capacidad de los diferentes grupos de dialogar entre ellos.

Creo que el progreso depende de emprender este camino, encontrando un terreno de dialogo entre los diversos países musulmanes.

Nosotros hoy en Argelia tenemos una libertad de prensa más amplia que la mayoría de los países árabes musulmanes: hay pluralismo, debate, incluso polémica.

Esto es importante porque el desarrollo hacia la democracia lleva consigo también la perspectiva de relaciones más pacíficas entre los pueblos.

–Henri Teissier: No estoy de acuerdo. Tras el 11 de septiembre se han manifestado corrientes diversas, pero todas están sustancialmente de acuerdo en la necesidad de aislar a estos grupos islámicos fanáticos.

Después, sin embargo, entró en juego el miedo de que la lucha contra el terrorismo pudiera desembocar en una división entre mundo occidental y mundo musulmán. Por fortuna no ha sucedido esto y el hecho de que ahora diversos grupos afganos puedan planificar, junto a Occidente, una nueva etapa para su nación, es la prueba de que hay posibilidades para buscar juntos el futuro.

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ZENIT Staff

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