El episcopado filipino pide oración por unas elecciones limpias en el país

MANILA, miércoles, 2 mayo 2007 (ZENIT.org).- Oración y penitencia para que las elecciones sean limpias: es el llamamiento que ha lanzado el episcopado de Filipinas con vistas a los comicios locales y parlamentarios que se celebrarán el próximo día 14.

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En una exhortación pastoral, hecha pública una semana atrás, el presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) –arzobispo Angel Lagdameo, de Jaro, en Iloio- advierte de la importancia de buscar la intercesión de Dios para prevenir que el mal tome el control en las próximas votaciones.

La convocatoria de la CBCP –aclara ésta-, que explicita el citado prelado, apremia a las parroquias de toda la nación a organizar vigilias de oración del 5 al 14 de mayo, día de votaciones.

«Pedimos a todos que velen y oren y ofrezcan penitencia por esta intención», expone la CBCP; «necesitamos la ayuda del Señor; sin ella, nuestros mejores esfuerzos no conducirán a nada».

Y es que la «oración humilde y confiada» es clave para salvaguardar todo el proceso electoral, recalca.

Todos los contemplativos, hombres y mujeres que viven esta consagración en más de un centenar de monasterios y conventos del país, han recibido igualmente la invitación a orar por la nación y «especialmente por los votantes, los candidatos, y cuantos trabajan en el proceso electoral».

En un país de mayoría católica, el episcopado pide a los fieles asumir con seriedad su papel de ciudadanos mediante una participación activa en las elecciones y la opción por personas adecuadas para tareas de gobierno.

Pero votar no es suficiente; el episcopado solicita que se lleve a cabo una vigilancia en las elecciones para asegurar resultados creíbles.

Asimismo llama a sus fieles a rechazar violencias, fraudes y toda forma de inmoralidad que podría suceder durante el período electoral.

De hecho, el itinerario de la campaña –desde febrero- ha estado marcado por decenas de actos de violencia en el país.

«Que tanto los candidatos como sus votantes afronten el juicio de una elección democrática con humildad», pide la CBCP.

Al poco tiempo de esta exhortación, el arzobispo Lagdameo, en una «Reflexión por el Día del Trabajo», apunta que los candidatos a las elecciones deberían probar que merecen el voto de la gente gestionando la crisis laboral del país.

«Esperamos que los futuros líderes de la nación, en solidaridad con el sector empresarial, aseguren, con la implementación de leyes adecuadas, los derechos de los trabajadores además del adecuado desarrollo del mundo laboral», expresa.

Claves al electorado para afrontar las elecciones también llegan de la mano del cardenal Gaudencio Rosales, arzobispo de Manila.

En una declaración pastoral de hace poco más de una semana, el purpurado recalca que la elección de líderes responsables es tan importante que se deben seguir unas orientaciones morales.

El votante, para empezar, no debe vender su voto ni permitir coacciones de ningún candidato, advierte el cardenal Rosales.

Su declaración fue leída en todas las iglesia de Manila, en la misa del domingo 22 de abril. En ella se llama al clero y a los fieles a votar por candidatos en los que se observen determinadas actitudes.

«Amor y temor de Dios» es la primera que pide el purpurado en los candidatos, añadiendo la necesidad de que estén orientados por una «conciencia bien formada», que sean «sensibles a lo que es bueno», que «vivan y trabajen con principios morales», que sean «honestos, no violentos, compasivos».

Un candidato adecuado también debe «respetar y proteger los limitados recursos de la naturaleza» y estar «dispuestos al sacrificio del interés personal, de grupo o de partido por el bien de la unidad, la paz y el desarrollo integral del país y de sus habitantes», subraya.

«Ambiciones políticas y maniobras» han acabado, en el pasado, en «enormes sufrimientos» y en un mayor empobrecimiento del país, lamenta el cardenal Rosales.

Así que no duda en pedir a maestros, fuerzas armadas, jóvenes y ciudadanos voluntarios que ayuden a la Comisión Electoral a asegurar el escrutinio con precisión y la atribución de votos a quienes están dirigidos, a nivel local y nacional.

También apremia a los fieles a rogar la orientación de Dios para afrontar la cita con las urnas.

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ZENIT Staff

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