El episcopado indio valora positivamente el resultado de las elecciones generales

Su portavoz reconoce que los votantes no han querido ceder al fundamentalismo

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NUEVA DELHI, domingo, 16 mayo 2004 (ZENIT.org).- «El pueblo indio ha elegido la paz y la armonía social», afirmó el jueves pasado el portavoz de la Conferencia de los obispos católicos la India (CBCI) –que reúne a las comunidades de rito latino, siro-malabar y siro-malankar–, el padre Babu Joseph Karakombil, al confirmarse la inesperada victoria del Partido del Congreso sobre el partido nacionalista hindú «Bharatiya Janata Party» (BJP)

«[El pueblo] ha elegido que no quiere ceder al fundamentalismo, que no quiere confundir política y religión, y ha demostrado que desea una nación basada en valores seculares de tolerancia y libertad», añadió el misionero verbita en declaraciones a la agencia de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos «Fides».

El Partido del Congreso encabezado por Sonia Gandhi y los partidos de izquierda cercanos a aquel se han adjudicado la XIV legislatura india –tras los comicios celebrados en el país entre el 20 de abril y el 10 de mayo— logrando los 272 escaños necesarios en la Lok Sabha (Cámara baja del Parlamento) para gobernar.

El BJP, que hasta ahora ha liderado el gobierno de la «Alianza Nacional Democrática» (NDA) en la India, admitió la derrota electoral y dimitió el primer ministro Atal Bihar Vajpayee.

Viuda del que fue primer ministro Rajiv Gandhi –asesinado en 1991–, nuera de Indira Gandhi y nacida en Italia, Sonia Gandhi fue elegida el sábado al frente del grupo parlamentario de su partido y está a un paso de convertirse en primera ministra de la India, gracias al apoyo de los grupos parlamentarios comunistas.

Para el padre Karakombil, la derrota del BJP está motivada por «un programa económico fracasado, que ha privilegiado las clases medio-altas y ha dejado a millones de ciudadanos por debajo del umbral de pobreza y en el desempleo», por «la política hacia las minorías religiosas, que ha creado tensiones sociales en distintos lugares de la India» y por «la fragmentación interna de la coalición».

El BJP había convocado elecciones anticipadas (las votaciones debían haberse celebrado en octubre) aprovechando los buenos resultados en el plano político –como el inicio de los acuerdos de paz con Pakistán— y los indicadores de una economía en crecimiento. Durante toda la campaña electoral pocos observadores dudaron de que el BJP sería reconfirmado en el poder.

Pero su agenda política, fuertemente nacionalista, dio paso a movimientos fundamentalistas hindúes guiados por la ideología del «Hindutva», de acuerdo con el principio «un pueblo, una lengua, una cultura».

Incluso el BJP –hasta ahora mayoritario en el gobierno indio– había anunciado en su programa electoral la prohibición de conversiones religiosas «forzadas» (Zenit, 31 de marzo de 2004).

«La victoria del Partido del Congreso significará un cambio en la política india: éste representa de hecho el alma moderada del pueblo indio, no está empapado de nacionalismo religioso, sino que lleva adelante una idea laica del Estado, fundado en valores seculares garantizados por la Constitución», observó el padre Karakombil.

De ahí que las «minorías religiosas, entre ellas la comunidad cristiana, hayan acogido favorablemente el resultado de las votaciones, porque saben que el Partido del Congreso realizará una política de tolerancia y desarrollo, favoreciendo la armonía social y religiosa, no incrementando las tensiones», apuntó.

Como «un signo que va en la dirección del diálogo y la paz» acogió el resultado electoral indio el presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, monseñor Lawrence Saldanha, quien explicó que «el BJP es un partido nacionalista que favorece una sola religión, mientras que el Partido del Congreso es más abierto a todas las comunidades religiosas, hindú, musulmana y cristiana, y tiene una concepción de la India laica y secular».

El Partido del Congreso «traerá un patrimonio de dialogo y respeto de las identidades culturales y religiosas de las minorías. Por ello, acogemos y apreciamos su contribución», manifestó el arzobispo de Lahore, expresando su deseo de que el partido vencedor «pueda continuar e incentivar el proceso de paz iniciado entre la India y Pakistán».

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ZENIT Staff

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