El episcopado mexicano impulsará la beatificación de Juan Pablo II

CIUDAD DE MÉXICO, lunes, 11 abril 2005 (ZENIT.orgEl Observador).- El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el obispo de León, monseñor José Guadalupe Martín Rábago, aseguró en conferencia de prensa, este fin de semana, que los obispos de México están absolutamente ciertos de que existen todos los elementos para que haya un proceso rápido de beatificación y canonización de Juan Pablo II.

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En este sentido, dijo, los obispos de México –país que cuenta con el segundo número de católicos del mundo, solamente detrás de Brasil– estarían en disposición de dar su aval al nuevo Papa que surgirá del Cónclave que inicia el lunes 18 de abril, para que Juan Pablo II llegue a los altares lo más pronto posible, tal y como lo reclamaban los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, durante los funerales del Sumo Pontífice.

«En una percepción personal creo que hay todos los elementos para que se pueda iniciar, en el tiempo que sea oportuno, el proceso de beatificación y canonización», dijo el presidente de la CEM.

«Desde luego que nosotros, los obispos mexicanos, si acaso nos pidieran alguna carta de aval, pues la daríamos con mucho gusto como creo que la darían todos los episcopados del mundo, solicitando al nuevo Papa que inicie el proceso para que en un tiempo rápido pudiéramos tener el gusto de tener realmente beatificado y luego canonizado a Juan Pablo II», señaló.

Monseñor Martín Rábago dijo que el pueblo católico en el mundo ya ha convertido en Santo al Pontífice. La sensibilidad misma del pueblo proclama Santo ya al Papa, fue quizás uno de los gritos más constantes en la plaza de San Pedro durante el funeral, ¡Santo de inmediato!, creo que es la manifestación del pueblo de Dios que tiene esa sabiduría para descubrir lo que realmente vivió y fue el Papa, dijo.

«Pero en esto siempre se hace un proceso delicado, muy acucioso, pero pienso que el testimonio que nos dejó de su vida en la práctica de virtudes excelentes y la manera en cómo murió, está como muy patente resucitando la calidad de vida cristiana y sacerdotal de este hombre».

Juan Pablo II visitó cinco veces tierras aztecas, congregando el cariño enorme de todos los mexicanos. Dos fueron las frases que se recuerdan de las visitas del Papa a México. La primera –que se ha convertido en estribillo– es la de «México, siempre fiel». La segunda, al finalizar la última visita y tras la canonización de Juan Diego es: «Me voy, pero no me voy; me voy, pero me quedo de corazón» en México.

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ZENIT Staff

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