El estudio de la «Bioética» y la «Biojurídica», una necesidad (I)

Entrevista con la doctora María Dolores Vila-Coro

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MADRID, viernes, 5 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La aplicación del progreso de la ciencia al ser humano, cuya dignidad no pocas veces se pone en entredicho, ha hecho del estudio de la Bioética una necesidad y ha llevado a la aparición de una nueva disciplina, la Biojurídica.

Es el reto al que busca dar respuesta la Cátedra de la UNESCO en Bioética y Biojurídica, según explica su directora, María Dolores Vila-Coro –doctora en Derecho, licenciada en Filosofía y profesora de Bioética– a ZENIT.

–¿Cómo surgió la Cátedra de Bioética y Biojurídica de la UNESCO?

–Dra. Vila-Coro: El profesor Federico Mayor Zaragoza, cuando era Director de la UNESCO, creó un programa llamado UNITWIN de cátedras de distintas materias, para establecer vínculos con países en desarrollo con objeto de extender la cultura.

En aquella época yo pertenecía, y continúo como observadora, al Comité Internacional de Bioética de la UNESCO (CIB) representando a la Sociedad Española de Biojurídica y Bioética. Esta Sociedad había suscrito un convenio de colaboración con la Universidad UNIFÉ de Lima (Perú) que tenía, y sigue teniendo, un activo Seminario Permanente de Bioética dirigido por la eminente jurista Dra. Gabriela Aranibar. Ya era evidente la importancia que estaba adquiriendo la Bioética.

La sociedad, perpleja ante la aplicación de los avances científicos a los seres humanos, y las consecuencias que se pueden derivar para el individuo y para la propia especie humana, pregunta a científicos, filósofos y juristas: ¿todo lo que es posible científicamente lo es también desde la ética y el derecho? ¿Los progresos científicos serán también progresos para el hombre? ¿Será ahora más humano? Se había puesto de manifiesto la necesidad de hallar unos cauces y unas pautas para que se respetara, en todo momento, la dignidad de la persona y los derechos que le son inherentes (como dice el artículo 10 de la Constitución Española). Este empeño es el que motivó la creación de la Cátedra UNESCO, que tengo el honor de dirigir, que es la primera en el mundo de Biojurídica y una de las tres que existen de Bioética.

–¿A quiénes se dirige principalmente la formación que ofrecen ustedes?

–Dra. Vila-Coro: Nuestros estudios se dirigen, en mayor medida, a alumnos de tercer ciclo, es decir, a los que pueden optar a los cursos de doctorado: juristas –abogados defensores de los derechos de los ciudadanos, legisladores, jueces, etc.–, profesionales de los medios de comunicación –que necesitan conocer muy bien de lo que van a informar por su trascendencia en la opinión pública–, científicos –ya sean investigadores, médicos, farmacéuticos, personal sanitario en general–, filósofos, que quieren conocer la realidad biológica sobre la que se van a encaminar sus reflexiones, etc.

Pretendemos formar a formadores, a personas que van a desarrollar sus actividades en la Universidad; en Comités de hospitales, de empresas dedicadas a la investigación biotecnológica, de Colegios profesionales…Tenemos también cursos intensivos para quienes están interesados en ampliar sus conocimientos en estas materias, aunque no sean titulados superiores.

–¿Qué otros aspectos definen la necesidad actual de una Cátedra de estas características?

–Dra. Vila-Coro: Esta Cátedra es la respuesta a una necesidad que tiene hoy la sociedad y, en mayor grado la comunidad universitaria, de reunir las materias que constituyen esta disciplina multidisciplinar en unos estudios de tercer ciclo. La diferencia del doctorado con los «master» de Bioética es que el prestigio de estos últimos es el que se atribuya a la institución que los imparte. El título de doctor, sin embargo, supone alcanzar la máxima dignidad académica y beneficiarse de su reconocimiento en todo el territorio nacional.

Para obtener el Diploma de Estudios Avanzados –DEA– hemos disfrutado, desde el primer momento, de la confianza de la prestigiosa Universidad San Pablo –CEU– que ha comprendido, inmediatamente, el gran interés de nuestro doctorado otorgándonos la homologación de los estudios. Con el DEA el alumno acredita la suficiencia investigadora. A partir de ese momento ya puede redactar la tesis doctoral, que puede inscribir y defender en cualquier universidad española, con cuya aprobación consigue el título de doctor.

Por otra parte, la Cátedra de UNESCO de la que es titular la Sociedad Española de Biojurídica y Bioética, hermanada con la UNIFE disfruta de una ventana abierta al mundo iberoamericano. Ésta feliz circunstancia nos permite la actualización y pleno conocimiento de los avatares por los que transita la Bioética en los países hispano-luso parlantes.

Conocer sus leyes y sentencias; corrientes de opinión; comités y organismos dedicados a esta disciplina, son de interés para crear, con el estudio reflexivo y multidisciplinar de la panorámica iberoamericana, un verdadero «corpus» bioético.

Hace pocas semanas firmamos un convenio, también de homologación, con la joven y vigorosa Universidad Rey Juan Carlos que, con su eminente rector y el plantel de entusiastas catedráticos y profesores titulares, está dispuesta a responder al reto que la nueva ciencia plantea a la comunidad universitaria. La Cátedra UNESCO sabrá hacer honor a la confianza que se ha depositado en nuestras aulas proporcionando doctores cuya competencia y profesionalidad merecerá el reconocimiento internacional.

[La segunda parte de esta entrevista se publicará en Zenit el próximo 7 de noviembre]

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ZENIT Staff

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