El Evangelio del amor hacia el prójimo, necesitado y sufriente

Por el profesor Silvio Cajiao

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BOGOTÁ, domingo, 24 octubre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención del profesor Silvio Cajiao, profesor de teología en Colombia, pronunciada en la videoconferencia mundial de teología organizada por la Congregación vaticana para el Clero el pasado 4 de octubre sobre «La actividad misionera de la Iglesia».

La ponencia comenta el número 31 de la «Evangelii nuntiandi» del Papa Pablo VI dedicado a la «conexión necesaria» entre evengelización y promoción humana

No ignorar el Evangelio del amor hacia el prójimo, necesitado y sufriente
Profesor Silvio Cajiao, Bogotá

Todo el referente de este numero 31 está en cómo, dando la prioridad a la evangelización como anuncio de la persona de Jesucristo y su acción salvadora, en ningún momento se podrá descuidar esa atención que el Señor mismo coloca en el Evangelio como señal de la llegada del Reino, «los pobres son evangelizados», prioridad de darles el sentido de vida desde Dios, pero prioridad del Dios de la vida que incluye todas las dimensiones del ser humano para ser salvadas ya que «el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Lazos de orden teológico, ya que no se pueden disociar el plan de la creación del plan de la Redención». (Ibidem)

Teniendo como marco el Concilio Vaticano II en su Constitución «Gaudium et spes» y el referente de que los discípulos de Cristo hacen suyos «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren» (número 1) el Papa Montini, en su Audiencia general del miércoles 25 de Septiembre de 1976, volvía sobre el tema en el contexto de referirse a un posible congreso italiano «pero de general interés para la Iglesia» con el tema «Evangelización y promoción humana» señalaba el que aparentemente estos temas se presentarían en tensión, cuando no en oposición, o en franca imposición de los temas económicos y de desarrollo sobre los de presentación del mensaje salvador del Evangelio.

En tal contexto se preguntaba Pablo VI «¿Cuál es la verdadera salvación del hombre?, ¿su verdadera felicidad?, ¿su predominante destino? La ciencia acerca del hombre, la verdadera ciencia sobre nuestra vida, se ampara así en el mensaje del evangelio y lo interpela: ¿Qué me proporcionas? La economía, la ciencia del bienestar, protagonistas en las casas humanas, especialmente en la despensa, pide: ¡dame pan, tengo hambre! ¡Cuánta fuerza persuasiva en esta cuestión elemental y universal! Bien lo comprendió el mismo Cristo cuando multiplicó por dos veces el pan para la muchedumbre en ayunas. Tuvo inteligencia de las necesidades humanas». Y añade «Y el juicio final por El anunciado, ¿no se desarrollará acaso según la respuesta que hubiéremos dado a las exigencias de las miserias humanas?» (Mateo 25, 21 ss.).

Por tanto decía Pablo VI en la conclusión de su Audiencia: «tal tesis (oponer Evangelización y promoción humana) se dirige no a la oposición radical, sino ante todo, a la complementariedad entre estas dos formas fundamentales de nuestra actividad; a saber, la función civilizadora de la evangelización que, a la vez puede ser favorecida por la promoción civil, sin que ninguna de las dos llegue a ser instrumento dedicado a su propia ventaja prevalente». (Cfr. O.R. 23 sept. 1976; orig. Ital.; traducción de revista «Ecclesia», página. 1414).

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ZENIT Staff

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