CASTEL GANDOLFO, jueves 1 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Domenico Bartolucci, anterior director del Coro de la Capilla Sixtina, ofreció ayer por la tarde al Papa Benedicto XVI un concierto en el palacio apostólico de Castel Gandolfo, compuesto por cuatro piezas orquestales de música sacra compuestas por él mismo.
De las cuatro piezas, la primera, el poema Benedictus, dedicado al Papa, había sido escrito especialmente para la ocasión. Un detalle que Benedicto XVI, después de terminar la ejecución, agradeció especialmente al autor.
Las otras tres composiciones fueron un Ave Maria, el poema sacro Baptisma, y el motete Christus circumdedit me. La orquesta que ejecutó las piezas fue la Filarmonica Marchigiana, dirigida por Simone Baiocchi.
En la parte del coro, cantaron las sopranos Enrica Fabbri y Lykke Anholm, el barítono Michele Govi, y el Rossini Chamber Choir de Pesaro.
El Papa, después del concierto, se dirigió al autor, de quien destacó “la fe, el sacerdocio y la música”.
“La fe es la luz que ha orientado y guiado siempre su vida, que ha abierto su corazón para responder con generosidad a la llamada del Señor; y es de ella de donde brota también su forma de componer”, reconoció el Papa ante los presentes.
La música es para Bartolucci, según el Papa, “un lenguaje privilegiado para comunicar la fe de la Iglesia y para ayudar en el camino de fe de quien escucha sus obras”, así como “una forma de ejercer su ministerio sacerdotal”.
“Su forma de componer se inserta en la estela de los grandes autores de música sacra, en particular de la Capilla Sixtina, de la que fue director durante muchos años: la valoración del precioso tesoro que es el canto gregoriano y el uso sabio de la polifonía, fiel a la tradición, pero abierto también a nuevas sonoridades”, destacó el Papa.
El anciano compositor y sacerdote, que ya tiene 94 años, sirvió durante más de cuatro décadas como director del Coro Capilla Musical Pontificia “Sixtina”. Benedicto XVI lo creó cardenal en el consistorio del 20 de noviembre pasado, por la “generosidad y dedicación en el servicio de la Iglesia”.
En una entrevista concedida a ZENIT con aquella ocasión (ver www.zenit.org/article-37613?l=spanish), el cardenal Bartolucci afirmó que su nombramiento debía interpretarse como “un signo de amor del Papa por la música sacra, un reclamo evidente, especialmente en este momento de crisis”.
