El fundador de la «Sociedad del Verbo Divino», a los altares

Arnoldo Janssen será canonizado por Juan Pablo II el 5 de octubre

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 18 septiembre 2003 (ZENIT.org).- El próximo 5 de octubre, Juan Pablo II presidirá la canonización de Arnoldo Janssen, el sacerdote alemán que, llamado a extender la Palabra de Dios en el mundo, fundó la Sociedad del Verbo Divino.

Arnoldo Janssen nació el 5 de noviembre de 1837 en Goch, una pequeña ciudad de la Baja Renania (Alemania). Segundo entre diez hermanos, aprendió de sus padres la dedicación al trabajo y una profunda religiosidad.

Ordenado sacerdote a la edad de 23 años, fue asignado a enseñar ciencias naturales y matemáticas en la escuela secundaria de Bocholt, donde adquirió fama de maestro estricto pero justo.

Por su profunda devoción al Sagrado Corazón de Jesús se le nombró director diocesano del Apostolado de la Oración, desde donde buscó abrirse también a cristianos de otras denominaciones.

Así fue creciendo la conciencia de Arnoldo Janssen de las necesidades espirituales de la gente, aún más allá de los límites de su propia diócesis, hasta convertirse en preocupación por la misión universal de la Iglesia.

Por ello decidió dedicar su vida a despertar en la Iglesia en Alemania la conciencia de su responsabilidad misionera y en 1873 renunció a su cargo docente.

Animación misionera y vocación de fundador

Fundó entonces «El pequeño mensajero del Corazón de Jesús», una revista mensual en la que ofrecía noticias misionales y animaba a los católicos de lengua alemana a hacer más por las misiones.

En Alemania, Bismark había desatado la «batalla por la cultura», que se tradujo en leyes anti-católicas, la expulsión de sacerdotes y religiosos y hasta el encarcelamiento de varios obispos.

En esa situación, Arnoldo Janssen sugirió que algunos de los sacerdotes expulsados podrían ser enviados a las misiones o ayudar en la preparación de misioneros.

Animado por el vicario apostólico de Hong Kong, Arnoldo fue descubriendo que era a él a quien Dios llamaba para esta difícil tarea. Muchos opinaban que no era el hombre indicado, o que los tiempos no estaban maduros, a lo que el sacerdote respondió: «El Señor desafía nuestra fe a realizar algo nuevo, precisamente cuando tantas cosas se están derrumbado en la Iglesia».

Con el apoyo de varios obispos, en 1875 Arnoldo inauguró la casa misional en Steyl (Holanda) y dio comienzo a la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino. En marzo de 1879 partieron los dos primeros misioneros hacia China. Uno de ellos era José Freinademetz, cuya santidad Juan Pablo II también proclamará el próximo 5 de octubre.

Consciente de la importancia de las publicaciones para atraer vocaciones y fondos, Arnoldo estableció una imprenta sólo cuatro meses después de haber inaugurado la casa.

Miles de laicos generosos dedicaron tiempo y esfuerzos a la animación misional en los países de habla alemana distribuyendo las revistas de Steyl. De esta manera, la nueva congregación se desarrolló desde su inicio como comunidad de sacerdotes y hermanos.

De igual forma, desde los comienzos, un grupo de mujeres se puso al servicio de la comunidad. Su deseo era servir a la misión como religiosas. La conciencia de la importancia de las mujeres en las misiones llevó a Arnoldo a fundar la congregación de las «Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo» el 8 de diciembre de 1889. Las primeras religiosas partieron hacia Argentina en 1895.

En 1896, el padre Arnoldo eligió a algunas de las Hermanas para formar una rama de clausura, las «Hermanas Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua», con la misión de rezar día y noche por la Iglesia y especialmente por las otras dos congregaciones misioneras, manteniendo un servicio ininterrumpido de adoración al Santísimo Sacramento.

Tras una vida de permanente búsqueda de la voluntad de Dios, de confianza en la providencia divina y de duro trabajo, el padre Arnoldo Janssen murió el 15 de enero de 1909 a los 71 años. Fue beatificado por Pablo VI en 1975.

El lema que guió la vida de Arnoldo Janssen fue «Viva el Corazón Divino de Jesús en nuestros corazones». Actualmente, más de 6.000 misioneros del Verbo Divino trabajan en 63 países. Las misioneras Siervas del Espíritu Santo son más de 3.800 hermanas y más de 400 las Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación