«El futuro Tratado de la Unión debería contener una invocación a Dios»

Aportación de los obispos europeos al debate sobre la Convención

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BRUSELAS, 24 mayo 2002 (ZENIT.org).- Los obispos católicos de Europa han pedido que el futuro Tratado Constitucional europeo haga referencia a Dios.

La propuesta fue propuesta por el Secretariado de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), que el pasado 22 de mayo presentó su contribución inicial al debate sobre la futura Convención europea, con el título «El Futuro de Europa: Compromiso Político, Valores y Religión».

El Secretariado de la COMECE presentó una serie de reflexiones y recomendaciones a la Convención Europea, una asamblea de delegados de los parlamentos nacionales y europeos, gobiernos nacionales y la Comisión Europea, que ha estado trabajando desde febrero para redactar propuestas para el futuro de la Unión Europea.

«La creación de la Convención Europea ofrece una oportunidad única a los ciudadanos y a las instituciones, asociaciones y comunidades en los Estados miembros y en los estados candidatos para implicarse en la construcción del futuro de Europa», dice el documento.

Afirma que el éxito de las propuestas a la Convención estará determinado por «su capacidad de mejorar la aportación de la Unión Europea a la paz y prosperidad en Europa y cumplir sus responsabilidad en promover el desarrollo, justicia y libertad en el resto del mundo».

El objetivo del documento es ayudar a la Unión Europea a afrontar las necesidades de gobernancia en el futuro.

En especial recomienda lo siguiente:

–Un futuro Tratado Constitucional de la Unión Europea debería contener una invocación a Dios, con una referencia inclusiva al Trascendente; esto debería facilitar la identificación de los ciudadanos con los valores de la Unión Europea, el reconocimiento de que el poder público no es absoluto y la garantía de libertad de la persona humana.

–Los derechos fundamentales deberían ser reconocidos, incluyendo la libertad religiosa en sus dimensiones individual y colectiva.

–La búsqueda del bien común debería ser integrada como uno de los principios y objetivos nucleares de la Unión Europea.

–El principio de subsidiariedad debería ser reconocido explícitamente en sus dimensiones vertical y horizontal

–Los grandes movimientos y tradiciones religiosos, espirituales e intelectuales deberían ser reconocidos como una herencia viva de Europa; la contribución específica de las Iglesias y comunidades religiosas a la sociedad debería ser reconocida; el tratado debería facilitar un diálogo estructurado entre las instituciones europeas y las Iglesias y comunidades religiosas.

–El futuro Tratado Constitucional de la Unión Europea debería incorporar la Declaración Nº 22 del Acta Final del Tratado de Ámsterdam, expresando su respeto por el estatus de las Iglesias y comunidades religiosas como reconocidas por cada Estado Miembro.

Se espera que la Convención Europea complete su trabajo a principios de 2003. Se establecerán grupos de trabajo para tratar temas específicos. Las audiencias a la sociedad civil están previstas para junio. El Secretario de la COMECE espera realizar ulteriores aportaciones detalladas a este proceso.

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ZENIT Staff

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