El hambre amenaza a más de un millón de sudaneses

Según la organización de ayuda de la Iglesia en EE. UU.

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WASHINGTON, 12 julio 2002 (ZENIT.org).- Se estima que 1,7 millones de sudaneses podrían padecer hambre y enfermedades si se niega la entrada humanitaria a las agencias de ayuda en gran parte del sur de Sudán, informó este jueves a una subcomisión del Senado de Estados Unidos el Catholic Relief Services (CRS) — Cáritas de la Iglesia católica en Estados Unidos –.

El Gobierno de Jartum, en guerra civil con los sudaneses del sur que reclaman el derecho a la libertad cultural, religiosa y política, es el mayor responsable de la falta de acceso, afirmó la agencia de ayuda.

«Si la actual crisis humanitaria se sigue deteriorando, podríamos presenciar una situación tan devastadora como la hambruna de 1998 en la que se estima que murieron 70.000 personas –dijo Paul Townsend, representante del CRS en Sudán, quien prestó testimonio ante la Subcomisión de Relaciones Exteriores del Senado para Asuntos Africanos–. La situación en Sudán es apremiante». Townsend hizo un llamamiento a los miembros del Congreso para animarles a que la política estadounidense en Sudán haga de los temas humanitarios una clara prioridad en las negociaciones en curso con el Gobierno de Jartum. «Estados Unidos y las Naciones Unidas deben asegurar acceso humanitario sin impedimentos a todas las poblaciones en situación de riesgo», declaró Townsend.

El CRS señaló que el Gobierno de Jartum ha ignorado las garantías humanitarias acordadas en el esfuerzo de ayuda de emergencia llamado «Operation Lifeline Sudan» (OLS), establecido por las partes en lucha y Naciones Unidas a finales de los años ochenta. Jartum restringe en gran parte el acceso a los civiles inocentes del sur de Sudán con necesidades, denegando la aprobación de vuelos de ayuda humanitaria y obstruyendo la distribución de ayuda esencial y servicios mediante barreras burocráticas, informó el CRS.

Reconociendo que todas las partes del conflicto en Sudán tienen la responsabilidad de asegurar acceso seguro para la distribución de asistencia humanitaria, el CRS pidió el establecimiento de un equipo independiente que apruebe las peticiones de acceso a los que estén en necesidad. La agencia también urgió la inmediata creación de una misión humanitaria de seguimiento, propuesta por la ONU, con pleno acceso a todas las regiones de Sudán. Tal misión debería asegurar la atención de las necesidades que afrontará la gente más vulnerable.

Townsend indicó en su testimonio que el mayor obstáculo para la mejora de las condiciones humanitarias en Sudán es que EE. UU. y la comunidad internacional tienen todavía que encontrar un camino para ayudar a las partes en lucha a mantener sus acuerdos. Aseguró que EE. UU. debe reforzar su liderazgo en las negociaciones de paz, respetando el derecho del pueblo de Sudán a la autodeterminación.

«El Congreso tiene un papel crucial para salvar las vidas de los sudaneses inocentes y asegurar un futuro viable al pueblo sudanés», observó Townsend.

Desde 1983, Sudán está siendo destruido por una guerra civil entre el Gobierno del norte y los rebeldes del sur. La guerra se ha cobrado más de dos millones de vidas y ha desplazado a cuatro millones de personas.

Catholic Relief Services trabaja en Sudán desde hace 30 años, es miembro fundador de la Operation Lifeline Sudan y actualmente es la mayor organización voluntaria privada que trabaja en el sur de Sudán ayudando a unos 400.000 habitantes.

Más información sobre Catholic Relief Services en http://www.catholicrelief.org.

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ZENIT Staff

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