El Holocausto, brutal "exterminio" de un "régimen sin Dios", denuncia el Papa

Una mano tendida a quienes le habían criticado al despedirse de Israel

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TEL AVIV, viernes, 15 mayo 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI fue acusado por voces judías al no utilizar la palabra «asesinato» ni hacer referencias al nazismo en su discurso en el memorial del Holocausto de Yad Vashem. Al despedirse de Israel, el pontífice fue más lejos de lo que sus acusadores reconocían: denunció que aquellos muertos fueron «brutalmente exterminados» por un «régimen sin Dios».

En la ceremonia de despedida, que se celebró en el aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv este viernes, el pontífice pronunció un emotivo discurso de agradecimiento, en el resumió su mensaje de paz para estas tierras y, de las decenas de encuentros que ha mantenido en estos cinco días, sólo se detuvo en uno de ellos, su visita al memorial y su encuentro con sobrevivientes de la Shoá.

«Esos encuentros, profundamente conmovedores, me recordaron mi visita de hace tres años al campo de la muerte de Auschwitz, donde muchos judíos –madres, padres, maridos, esposas, hijos e hijas, hermanos y hermanas, amigos– fueron brutalmente exterminados bajo un régimen sin Dios que propagaba una ideología de antisemitismo y odio», dijo el Papa.

 

Y añadió: «Este espantoso capítulo de la historia nunca debe ser olvidado o negado. Por el contrario, aquellos oscuros recuerdos deberían reforzar nuestra determinación para acercarnos aún más los unos a los otros, como ramas del mismo olivo, alimentados por las mismas raíces y unidos por el amor fraterno».

Algunos representantes judíos también habían reprochado el que el Papa no hiciera alusión a su origen alemán en su discurso en Yad Vashem. El Papa les ha respondido implícitamente al citar el discurso que pronunció en Auschwitz, donde sí lo hizo (Cf. Visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, 28 de mayo de 2006).

El Papa explicaba que visitaba Auschwitz «como hijo del pueblo alemán», considerando que por este motivo su visita era un deber «ante la verdad y ante el derecho de todos los que han sufrido, un deber ante Dios», condenando también la barbarie nazi.

Con este discurso de despedida, pronunciado ante el presidente Shimon Peres y el primer ministro Benjamin Netanyahu, el Papa ha respondido a las críticas, evitando en todo momento toda la polémica. Por el contrario, como él dijo, eran las palabras de un «amigo de los israelíes».

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ZENIT Staff

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