El hombre, custodio de la Creación

Concluye en el “Angelicum” un Curso interdisciplinar sobre ecología y teología

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ROMA, miércoles 10 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Ha concluido en el Angelicum, en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISSR) Mater Ecclesiae, el curso interdisciplinar “El hombre, custodio de la Creación. Las ecologías y la teología”.

Las repetidas invitaciones de Benedicto XVI a unir la ecología ambiental con la ecología humana, fueron recogidos por los directores del curso, los profesores Giuseppe Marco Salvati y Angela Maria Cosentino.

Las intervenciones de los conferenciantes, como señaló a ZENIT la profesora Cosentino, fueron muy apreciados.

Por la dimensión teológica, intervino el profesor Simone Morandini, que reclamó, con claridad expositiva, rica en documentación, a una correcta lectura de la Teología de la Creación, que exige la aplicación también de políticas a largo plazo para la defensa del medio ambiente.

Por la dimensión bíblica, el profesor Stipe Juiric’, director del ISSR, recordó que el Antiguo y el Nuevo Testamento relatan, con sugestivas imágenes poéticas, la grandeza de Dios y del hombre, creado a Su imagen y semejanza, llamado a la eternidad; péndulo que oscila entre el egoísmo y la llamada a lo divino.

La perspectiva bioética fue presentada por el profesor Francesco Compagnoni, que, encuadrando la ecología dentro de la bioética, advirtió sobre los riesgos de absolutizar la naturaleza o de dominarla sin respeto, y propuso una ecología integral que valore la naturaleza, dotada de una consistencia ontológica propia, de un valor por sí misma al haber sido creada por Dios, pero en la que el hombre, su guardián, en la jerarquía de los bienes la trasciende.

En referencia a la dimensión trinitaria, el profesor Marco Salvati puso de manifiesto que la realidad no se origina de la casualidad, sino del amor de la Trinidad, principio único de la Creación, escenario de la historia de salvación, en el que el hombre debería expresar el amor de los Trres y favorecer la vuelta al Padre de toda la Creación.

Por la perspectiva demográfica, el profesor Riccardo Cascioli aclaró algunos prejuicios, difundidos para promover una política antinatalista, de derivación malthusiana, sobre el vínculo entre recursos y desarrollo, mostrando que los recursos no deben ser considerados un pastel fijo a dividir entre muchos, sino un medio que depende también de la creatividad del hombre, ya que no sólo es consumida sino también producida (y el hombre, en todo caso, no debe desperdiciarla).

El actual ocaso demográfico, como recoge la Caritas in veritate, es la causa y no el efecto de la crisi económica. Los jóvenes, de hecho, ofrecen un impulso creativo a la sociedad.

La perspectiva ecológica fue presentada por el profesor Antonio Gaspari, el cual afirmó que la cuestión ambiental representa la cuestión social del tercer milenio, y exige una atenta vigilancia ante la difusión de una creciente mentalidad eugenésica contra el hombre, hasta el punto de que el aborto resulta ser la primera causa de muerte en Europa.

El empeño económico y de recursos humanos orientado a no dejar que nazcan niños, en lugar de ayudarles a vivir, contribuye a difundir la idea de que el hombre es un “cáncer” y no un recurso del planeta, afirmó Gaspari.

La dimensión económica fue presentada por el profesor Cristiano Colombi, que ilustró el vínculo entre el uso irresponsable de los recursos naturales y la injusticia social, evidenciando que la falta de control público sobre los recursos naturales vitales, como el agua, por ejemplo en Chile, representó una causa de notables problemas ambientales y sociales.

La perspectiva filosófica y moral fue expuesta por el profesor Paolo Nepi, que explicó cómo los mitos de Prometeo y Epimeteo, Dédalo e Ícaro, y el aprendiz de mago, pueden ayudar también hoy a reflexionar sobre los cauces necesarios sobre los que desarrollar una ciencia y una técnica que no “escape” del servicio al hombre.

La perspectiva magisterial y pedagógica corrió a cargo de la profesora Angela Maria Cosentino, que unió el Magisterio de la Iglesia católica, Madre y Maestra, con la actualidad y el urgente compromiso educativo orientado a ayudar a los adolescentes y jóvenes a captar el valor precioso del hombre, colaborador de Dios, y a pasar de la “cuestión ecológica” a la “cuestión antropológica”, en una fecunda alianza con la razón, iluminada por la fe”.

La iniciativa representó – según la profesora Cosentino – “una temática innovadora de puesta al día” para profesores de Religión y estudiantes del ISSR, estumilados a mirar a la persona en su globalidad (a nivel biológico, psicológico, espiritual y socioambiental) y a “no separar la protección de la vida – desde la concepción hasta la muerte natural – de la de la paz, la sociedad y la Creación, de las que el hombre ha sido nombrado guardián responsable”.

El curso – afirmó una vez más la docente – “representa una invitación a una correcta “conversión ecológica”, con la asunción de estilos de vida sobrios y solidarios que, respetando la ecología humana, traigan beneficio también a la ecología ambiental”.

[Traducción del italiano por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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