El hombre que atentó contra Juan Pablo II recuperará su libertad

Alí Agca pretende asociarse con el escritor Dan Brown para escribir un libro.

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ESTAMBUL, miércoles 13 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Ali Agca, el hombre que le disparó a Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981 saldrá de la cárcel de Sincan en la periferia de Ankara el próximo 18 de enero. La noticia fue confirmada por su abogado Haci Ali Ozhan.

El recluso manifestó que una vez liberado quiere hacer dos cosas: visitar la tumba de Juan Pablo II y escribir un libro para contar su vida.

Para ello, Ali Agca afirmó que ha contactado al escritor norteamericano Dan Brown, autor del famoso libro de ciencia ficción “El Código Da Vinci”, en el que supuestamente se desvelan algunas mentiras de la Iglesia católica, entre ellas la misma divinidad de Cristo.

“Proclamaré la perfecta cristiandad que el Vaticano nunca ha comprendido”, dijo Alí Agca, de 52 años, en una carta enviada al diario The Sunday Times.

Una vez recupere su libertad, Agca tendrá una entrevista exclusiva estimada en dos millones de dólares con un medio televisivo cuyo nombre todavía es desconocido.

El hombre que disparó a Juan Pablo II pagó una pena de casi 29 años, no sólo por el intento de magnicidio, sino también por haber asesinado al periodista Abdi Ipekci director del diario liberal Milliyet en la capital turca en 1978.

Agca era un asesino profesional que militaba en Bozkurtlar, y Lobos Grises, dos organizaciones terroristas de extrema derecha y muy cercanas al ambiente del fundamentalismo islámico.

La mano que desvió la bala

El atentado contra Juan Pablo II ocurrió el 13 de mayo de 1981 cuando el pontífice saludaba a los peregrinos desde el papamóvil, antes de iniciar la audiencia pública en la plaza de San Pedro. En ese momento, Agca disparó contra él. El primer tiro lo recibió en el abdomen y su dedo desvió la segunda bala que estuvo a punto de acabar con su vida.

Para ese día Juan Pablo II tenía preparada una catequesis dedicada a conmemorar el 90 aniversario de la publicación de la Encíclica Rerum novarum de León XIII.

El pontífice cayó hacia atrás en brazos de su secretario, el hoy cardenal y arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz. El segundo tiro le dio en el codo. En este episodio, resultaron heridas dos peregrinas más, Annie Odre, de origen polaco y Rose Hall, de Jamaica.

El Papa fue trasladado de inmediato al policlínico Gemelli, donde le realizaron una intervención quirúrgica que duró cinco horas, mientras los peregrinos comenzaron a llegar de manera espontánea a la plaza.

Algunos polacos pusieron en la silla vacía donde iba a sentarse el Pontífice la imagen de la virgen de Czestochowa, a quien él tenía especial devoción.

Tras volver en sí, Juan Pablo II manifestó desde la clínica que oraba por el hermano que le disparó, a quien había perdonado sinceramente.

Durante su convalecencia Juan Pablo II se dedicó a escribir la encíclica Laborem Exercens, sobre los derechos de los trabajadores, la cual fue publicada el 14 de septiembre del mismo año. Las audiencias públicas fueron suspendidas hasta el 7 de octubre de 1981.

Un año después del atentado, Juan Pablo II viajó a Fátima para agradecer a la Virgen por su estado de salud. Dos años después visitó en la cárcel a Alí Agca. Años más tarde recibió a su madre Muzeyen Agca en audiencia privada.

Juan Pablo II repetía constantemente que una mano fue la que le disparó la bala y otra – la de la Virgen de Fátima – la que la desvió.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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