El icono de Kazan: ¿Nexo de unión entre Roma y Moscú?

ROMA, 16 mayo 2003 (ZENIT.org).- ¿Podría un icono de la Virgen acercar posiciones entre el Vaticano y el Patriarcado de Moscú? Una mesa redonda sobre «La vía hacia Kazan: el deseado viaje a Rusia del Papa» ha intentado responder a la pregunta en un encuentro de expertos en iconografía, María y relaciones católico-ortodoxas.

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El editor de la revista «Inside the Vatican», Robert Moynihan, introdujo la discusión explicando la historia del famoso icono de la Virgen de Kazan.

Moynihan reveló que «una de las copias de esta imagen venerada en Rusia está desde hace una década en los apartamentos papales»; es la imagen que posiblemente será entregada por el Papa a Rusia.

Este periodista norteamericano recordó que «un grupo vinculado a Fátima, “La Armada Azul”, lo compró a un noble inglés y lo donó al pontífice, esperando que algún día pudiera entregarlo a la Iglesia ortodoxa rusa, su lugar de origen».

Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, en el pasado viaje de Juan Pablo II a España, el 4 de mayo, confirmó el deseo del Papa de entregar esta imagen a Alejo II, patriarca de Moscú, pues el icono originalmente pertenecía a la Iglesia ortodoxa.

Fuentes de prensa habían afirmado que el Vaticano había propuesto hacer esta entrega en Kazan, posible escala del programado viaje del Papa a Mongolia en agosto próximo.

El fundador de la revista, que en estos días cumple diez años se preguntó si «un icono puede ser la fuente de una nueva esperanza», aludiendo en concreto la esperanza de un encuentro entre el Papa y el Alejo II, patriarca de Moscú.

Moynihan, que tuvo la oportunidad de admirar el icono en las habitaciones del Papa hace dos años, afirmó que «como sabemos un icono no es una pintura sino una ventana: no sabemos hacia donde se abrirá esta».

Adriano Roccuci, miembro de la Comunidad de San Egidio, e interlocutor de esta comunidad con el Patriarcado de Moscú, se centró en las dificultades de diálogo entre catolicismo y ortodoxia, sobre todo a nivel oficial, y apeló a «desterrar una cultura del prejuicio y potenciar una cultura del encuentro personal», en concreto entre fieles católicos y ortodoxos rusos.

Roccuci entregó en enero, junto al obispo Vincenzo Paglia, una reliquia de san Valentín a la Iglesia Rusa, que recibió con gratitud la ofrenda. El patriarca de Moscú, Alejo II, estuvo presente en ese acto de entrega, muestra de la simpatía por la Comunidad de San Egidio.

De hecho, la presencia de miembros de la Iglesia ortodoxa rusa ha sido una constante en todos los encuentros internacionales de oración por la paz convocados por la comunidad de San Egidio.

Los aspectos iconográficos de la Virgen de Kazan fueron tratados por el profesor John Lindsay Opie y por el periodista Eugenio Vaghin, ambos rusos. Lindsay Opie hizo un recorrido por las distintas versiones de la autenticidad del icono, mientras Vaghin recordó que el icono de Kazan es un referente en su vida, tanto durante la infancia, cuando su abuela tenía la imagen en casa, como durante su encierro en un gulag con otros prisioneros.

El icono protector de Rusia todavía encierra muchos misterios sobre su origen, datación y otros aspectos técnicos.

«Sin embargo, el significado que este icono tiene –concluyeron los ponentes–, no es tanto su valor artístico como su significado simbólico»: que el Papa lo devuelva a Rusia durante una etapa de su viaje a Mongolia podría ser un gesto ecuménico de repercusiones insospechadas.

Una copia de la imagen de Kazan propiedad del profesor Opie estuvo expuesta durante la mesa redonda, organizada por la revista «Inside the Vatican».

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ZENIT Staff

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