El influjo de la Nueva Era y de las sectas en Latinoamérica, según un teólogo

Intervención del profesor de Teología de Bogotá, Silvio Cajiao

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BOGOTÁ, miércoles, 17 marzo 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención del padre Silvio Cajiao, profesor de Teología en Bogotá, pronunciada en la videconferencia mundial de teología organizada por la Congregación para el Clero (http://www.clerus.org) sobre «La Iglesia, la Nueva Era y las sectas», el 29 de febrero.

El influjo de la Nueva Era y de las sectas en Latinoamérica

ALGO DE HISTORIA: Las iglesias provenientes de la reforma protestante se radican en Ibero América por los grupos que emigraron desde Europa por motivos de las guerras mundiales, o en búsqueda de mejores oportunidades económicas. Las iglesias llamadas «libres» se derivaron propiamente de las iglesias que desde Estados Unidos emprendieron una misión para Sur América en forma masiva a partir de los años 50 y que buscaron consolidarse en medios populares. Luego más recientemente, entre 1975 y 1985 se independizarán e iniciarán una multiplicación sin precedentes en tendencias fundamentalistas con influjo político de derecha de algunas de ellas. En los 90 han aparecido los nuevos movimientos religiosos seudo científicos y entre ellos el fenómeno de la Nueva Era que impactan a los jóvenes y clases altas.

PROPUESTA DOCTRINAL: La proveniente de las iglesias de la reforma y la posterior adaptación a América Latina, centraron su práctica religiosa en una lectura fundamentalista de la Palabra con una marcada tendencia al temor a Dios y la necesidad de vinculación a «su» grupo religioso so pena de perderse eternamente, por tanto hay énfasis en el escatologismo. La salvación proviene más de la fe en Jesucristo y menos de la respuesta humana. Las corrientes que se engloban en la Nueva Era, por tener fuerte influjo oriental, tienen visiones panteistas y neognósticas en donde la realidad de Dios como ser personal se niega, la identidad personal de Jesucristo se confunde con un Mesías de múltiples manifestaciones en diversos líderes religiosos mundiales y el Espíritu Santo queda reducido a una fuerza interior por descubrir. La responsabilidad interior y la persona se difuminan ya que es una visión determinista por aceptar la reencarnación. Pretende ser una sabiduría científica.

INFLUJO: El mayor daño estaría en la introducción de elementos culturales foráneos al arraigue de tradición cristiano católica, que si bien se ha dado con elementos sincréticos en algunos ámbitos, sin embargo han constituido una fuerza de unidad y cohesión para el sub continente y de otra parte el compromiso de transformación de las estructuras sociales puede ser soslayado.

RESPUESTA: Ante este impactante avance se hace necesaria una renovación de las comunidades, diocesana y parroquial y por lo mismo de los modelos eclesiales vividos en ellas, apuntando a una mayor participación laical junto con una formación bíblica, espiritual, catequética y aprovechando los influyentes medios de comunicación masivos. Sosteniendo el compromiso social en la lucha por la justicia optados en Medellín, Puebla, Santo Domingo y la invitación a una Nueva Evangelización. Con «Ecclesia in America» se está ante un reto de renovación como llamado al seguimiento de Jesucristo en autenticidad y siendo signo profético ante fundamentalismos e integrismos en una sabia renovación.

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ZENIT Staff

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