El libro de Godman «El Vaticano y Hitler» se descalifica a sí mismo

Entrevista con el padre Peter Gumpel, postulador de la causa de beatificación

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ROMA, miércoles, 3 marzo 2004 (ZENIT.org).- El pasado 20 de febrero, el neozelandés Peter Godman, profesor de Edad Media latina y Renacimiento en la Universidad de Tubinga, presentó en Berlín el libro «Der Vatikan und Hitler – Die geheimen Archive» («El Vaticano y Hitler – Los archivos secretos»), un título que según el padre Peter Gumpel, s.j., relator de la causa de beatificación de Pio XII, «es exagerado respecto al trabajo desarrollado y los documentos citados».

El nuevo volumen es muy crítico frente a los pontífices Pío XI y Pío XII, sobre todo respecto a lo que según Godman la Santa Sede debería haber hecho contra el nazismo y en defensa de los judíos. La edición en inglés del libro de Godman saldrá a la venta este mes.

«Godman ha trabajado sólo sobre escasos documentos relativos al pontificado de Pío XI; ¿cómo presenta un estudio sobre las relaciones entre el Vaticano y Hitler?», cuestiona el historiador.

En esta entrevista concedida a Zenit, el padre Gumpel, uno de los mayores expertos en la historia de las relaciones entre Iglesia y nazismo, tras haber leído el libro, comparte sus impresiones sobre el trabajo.

–La tesis central del libro de Godman se basa en el hecho de que la Santa Sede había hecho poco contra el nazismo porque el Santo Oficio y la Secretaría de Estado tenían líneas divergentes y carecían de contacto entre sí…

–P. Peter Gumpel: Para quien conozca cómo funciona el gobierno de la Santa Sede es evidente que ésta es una tesis absurda. Es evidente que Godman no tiene idea de cómo se trabaja en la Santa Sede. ¿Cómo habría hecho el Santo Oficio para expresar pareceres sobre una cuestión tan delicada como la de las relaciones con el régimen nazismo sin haber antes consultado con la Secretaría de Estado?

Godman además tal vez desconoce que en aquellos años el Papa desempeñaba también el cargo de Prefecto del Santo Oficio. Tanto Pío XI como Pío XII eran prefectos «ex officio» del Santo Oficio.

–¿Cuáles eran las discusiones internas en la Santa Sede sobre cómo enfrentarse al nazismo?

–P. Peter Gumpel: En un primer momento, Pío XI se declaró favorable a la publicación de una serie de proposiciones contra el nazismo. En particular buscaba condenar el totalitarismo, la idolatría del Reich, las teorías de la raza y de la sangre, y más aún: también las políticas contrarias a la vida de los más débiles.

Varios esquemas y proyectos de tales condenas fueron preparados por el Santo Oficio. En un determinado momento, todo el proyecto fue orillado porque Pío XI y el secretario de Estado Eugenio Pacelli [futuro Pío XII, ndr.] se pusieron a preparar la encíclica «Mit Brennender Sorge» [«Con viva angustia», contra el nazismo].

Pío XI y Pacelli consideraban las proposiciones poco eficaces; por ello decidieron que era mejor una encíclica. Godman deplora el hecho de que las sentencias del Santo Oficio no fueran publicadas. También en este caso Godman muestra desconocer cómo funciona la Santa Sede.

Godman cree que una serie de proposiciones del Santo Oficio eran más importantes que una encíclica. Pero hay otro aspecto que muestra cómo Godman no conoce bien ni siquiera la historia de aquellos años.

La publicación de «Mit Brennender Sorge» se mantuvo oculta por razones de seguridad. Los nazis la descubrieron sólo en la tarde del sábado 20 de marzo de 1937, poco antes de que fuera leída y distribuida en las iglesias.

Informó a los nazis un empleado de una tipografía que estaba imprimiendo las copias de la encíclica. El domingo 21 de marzo de 1937, «Mit Brennender Sorge» fue leída y distribuida en todas las iglesias durante todas las misas.

Por un momento los nazis pensaron intervenir en todas las iglesias, pero se habría corrido el riesgo de una guerra civil. El régimen de Hitler estaba completamente desprevenido.

El intelectual francés Robert D’Harcourt, que se encontraba en aquel tiempo en Alemania, escribió en la revista «Etudes» –«Revue Catholique d’Interet General»– del 5 de mayo de 1937 que la publicación de «Mit Brennender Sorge» fue como una bomba.

La organización católica no había cometido ningún error –precisa–; como un reloj había logrado sortear el control de la Gestapo y había llegado a las iglesias.

En esa ocasión la comunidad de los católicos mostró también una notable solidez moral. La gente estaban contenta y Hitler furioso. Ordenó confiscar las tipografías que habían impreso la encíclica y arrestar a los responsables.

Si fue tan difícil hacer llegar a la población la encíclica, ¿cómo puede Godman pensar que habría sido posible enviar tantas proposiciones individuales del Santo Oficio?

–El autor neozelandés sostiene que Pío XI y Pío XII tuvieron una actitud oportunista…

–P. Peter Gumpel: La Santa Sede siempre ha actuado responsablemente, considerando todas las posibilidades. En cada acción se tomaba en cuenta la preocupación pastoral por la suerte de la comunidad católica, de las otras comunidades y de la población.

Godman minusvalora enormemente la persecución nazi contra los católicos: sacerdotes detenidos, iglesias destruidas, escuelas cerradas, dirigentes católicos arrestados y enviados a los campos de concentración.

Entre 1933 y 1937, en 36 meses la Santa Sede envió más de 50 protestas formales escritas al régimen nazi alegando como razones la violación del Concordato. El gobierno de Hitler nunca respondió.

En Roma las protestas fueron recogidas en tres libros blancos que fueron enviados en valija diplomática a todos los obispos alemanes, para hacerles saber lo que estaba haciendo la Santa Sede en defensa de sus propios fieles.

Todas las protestas de la Santa Sede se reunieron en un volumen publicado en Alemania en 1965: «Der Notenwechsel Zwischen Dem Heiligen Stuhl Und Der Deutschen Reichsregierung- I. Von der Ratifizierung des Reichskonkordats bis zur Enzyklika “Mit brennender Sorge”». Bearbeitet von Dieter Albrecht. VKZ A 1, Mainz, 1965 [«El intercambio de notas entre la Santa Sede y el gobierno de la República Federal – I. De la ratificación del concordato federal a la encíclica “Mit Brennender Sorge”»].

De este aspecto se habla poco, pero es extremadamente relevante. Será también por esto que el diario alemán «Die Welt», en la recensión del libro de Godman, ha hablado de trabajo decadente y le ha acusado de haber sido negligente.

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ZENIT Staff

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