CIUDAD DEL VATICANO, 1 en (ZENIT).- Juan Pablo II dirigió esta mañana un saludo a los participantes en el Maratón de la Ciudad de Roma, cuyo punto de salida era un monumental arco blanco instalado al inicio de la plaza de San Pedro del Vaticano delante del Belén.
Este acontecimiento ofreció al pontífice la oportunidad para comparar la vida con «un singular maratón al que todos estamos llamados a recorrer,cada uno según modalidades y ritmos diferentes. Sin embargo, nos espera una
meta común: el encuentro con Cristo. Mi deseo más vivo es que en este año jubilar cada hombre y cada mujer adquiera conciencia del sentido y del
valor de la vida para gastarla al servicio de los hermanos, según el designio providente de Dios».
De este modo comenzó el Maratón del Milenio, como fue rebautizado, y que concluyó tras 42 kilómetros y 250 metros en los Foros Imperiales.
Participaron un 4.500 personas. Los menos deportistas, unos 15 mil,participaron en una carrera paralela de 5 mil metros que se vivió en un ambiente más festivo y distendido.
Los vencedores del Maratón fueron dos kenianos. En la carrera masculina, el primero en cruzar la línea de meta fue Josephat Kiprono y en la femenina Tegla Loroupe. Algunos de los participantes corrieron durante seis horas en
esta carrera «del sudor y del cansancio».
La gente de Roma se echó a las calles para saludar a los deportistas a
quienes el Papa les pidió que de este modo se convirtieran en «mensajeros de fraternidad y de paz».
