El mensaje del Sínodo invita al Pueblo de Dios a emprender un "viaje espiritual"

Presentación del arzobispo Gianfranco Ravasi

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 24 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios, que será clausurado este domingo, ha presentado un mensaje al Pueblo de Dios en el que invita a emprender un «viaje espiritual» (Cf. Mensaje al Pueblo de Dios del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios).

La misiva, redactada el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, que en la asamblea sinodal ha desempeñado el cargo de presidente de la Comisión para el Mensaje, se desarrolla «en cuatro etapas» para descubrir, vivir y anunciar la Palabra.

El viaje, entretejido de figuras bíblicas y literarias, comienza con la primera etapa, «La voz de la Palabra: la Revelación»; presenta después «El Rostro de la Palabra: Jesucristo»; ilustra después «La casa de la Palabra: la Iglesia»; señala, por último, «Los caminos de la Palabra: la misión».

El borrador del mensaje había sido presentado por monseñor Ravasi en el aula el 18 de octubre. El texto suscitó acuerdo inmediatamente en dos puntos: es uno de los textos más bellos redactados por un Sínodo y es muy largo.

Según el mismo monseñor Ravasi explicó antes de leer la versión definitiva este viernes, en estos días ha recibido 52 mensajes de padres sinodales que le han pedido mantener la redacción del mensaje, con pequeños retoques.

Los prelados, en sus notas, explican que quieren utilizar este mensaje para escribir su carta pastoral, para retiros a sacerdotes, o para cursos de catequistas…

Ahora bien, para que el mensaje pueda ser leído más fácilmente, la asamblea sinodal sugirió publicar una versión más breve, redactada por monseñor Ravasi en dos páginas, que no tiene carácter oficial, aunque se ha distribuido por la secretaría general del Sínodo de los Obispos (Cf. Resumen del Mensaje al Pueblo de Dios del Sínodo de los Obispos).

«Es un texto con pasión, con ‘pathos'», reconoció monseñor Ravasi, justificando este estilo por su género literario -mensaje al pueblo de Dios– y porque «el acercamiento a la Palabra de Dios debe ser cálido, no sólo exegético o teológico».

A los padres sinodales, antes de la lectura definitiva, el prelado italiano les dejó esta clave de lectura, citando a Soren Kirkegaard: «Como un enamorado lee una carta de su amada, así tienes que leer la Escritura… La Biblia ha sido escrita para mí».

El mensaje fue acogido por un aplauso compartido, que sancionó la aprobación por parte de la asamblea.

Entre las citas bíblicas, el mensaje recoge los grandes temas que han sido constantemente barajados en esta asamblea y que tendrán un impacto directo en la Iglesia de los próximos años.

«Nuestra fe no tiene en el centro sólo un libro, sino una historia de salvación y, como veremos, una persona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne, hombre, historia», comienza explicando.

El texto supera el dualismo entre exégesis y teología, así como entre exégesis y magisterio, constatando que «el conocimiento exegético tiene que entrelazarse indisolublemente con la tradición espiritual y teológica para que no se quiebre la unidad divina y humana de Jesucristo, y de las Escrituras».

El texto impulsa con energía la catequesis, la homilía –que debe tener un «lenguaje nítido, incisivo y sustancial»–, el lazo íntimo entre la Palabra y la Eucarística, así como la «Lectio divina», lectura orante de la Biblia en el Espíritu Santo.

La última etapa del mensaje sobre la misión quiere hacer de cada bautizado un misionero de la Palabra, en sus ambientes, en el diálogo con los creyentes de otras religiones, y en particular en el mundo de la cultura y el arte donde la Biblia ha sido «el gran código».

El mensaje se concluye transmitiendo el agradecimiento del Sínodo a «los estudiosos, a los catequistas y otros servidores de la Palabra de Dios», así como a los «perseguidos o asesinados a causa de la Palabra».

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ZENIT Staff

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