El mito del hombre perfecto

Los orígenes culturales de la mentalidad eugenésica

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Por Giorgia Brambilla*

ROMA, lunes 15 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Optimismo positivista, regímenes totalitarios, organizaciones estatales liberal-democráticas. ¿La eugenesia ha llegado hasta nuestros días? Escribe Lucia Galvagni, comentando a Hans Jonas: “Las formas que la eugenesia ha asumido recalcan una triple distinción” (1).

En control protectivo tiene los rasgos de una eugenesia preventiva, entendida como una política de reproducción dirigida a prevenir la transmisión de genes patógenos o en todo caso nocivos, impidiendo la procreación a sus portadores. “Este tipo de arte genético – escribe Galvagni, es asimilable a la actual medicina preventiva” (2). 

Piénsese en el consultorio genético, mediante el cual a la pareja se les proporcionan las probabilidades del nacimiento de un hijo afectado por su misma enfermedad, o también en el diagnóstico prenatal. Si en el primer caso el consejo está dirigido a evitar la concepción de un hijo enfermo o portador de una determinada enfermedad genética, en el segundo se plantea incluso la posibilidad de abortar el feto enfermo o presuntamente enfermo.

“La selección prenatal (..) representa, por tanto, una segunda forma de eugenesia y denota ya un paso del plano preventivo al mejorativo”: se abre la posibilidad de distinguir y seleccionar – y esta sería eugenesia negativa – a los individuos sanos de los enfermos. Está finalmente la verdadera y propia eugenesia positiva, como selección humana planificada, “dado que su intención es el de mejorar la calidad de la especie y de hacerla más perfecta de cuanto la ha hecho la naturaleza” (3).

Es importante, sin embargo, subrayar que hasta la llamada “genética liberal» (4) los polos en los que se movía la “elección del más adecuado” eran Estado-especie (o raza o categoría social): el Estado mediante eugenetistas y científicos, en nombre del bienestar de la colectividad, ponían en marcha programas médico-sociales masivos dirigidos a una determinada categoría de individuos considerados “dañinos”.

En cambio, la praxis eugenésica de la sociedad liberal se basa en el binomio individuo-individuo en el contexto de una difusión sistemática del diagnóstico prenatal y de la aplicación de las técnicas de ingeniería genética (5).

Por tanto, mientras que la vieja genética autoritaria intentaba modelar a los ciudadanos a partir de un único patrón centralizado, trayendo como consecuencia una disminución del ámbito de la libertad reproductiva, la nueva genética liberal, caracterizada por la neutralidad del Estado, extiende radicalmente esta libertad y es el individuo quien decide qué factores genéticos son ventajosos o no (6).

El problema terminológico consiste en decidir si llamar “eugenesia” a esta pretensión individual e individualista, poniendo el acento en la cuestión antropológica que subyace en ella, o más bien, dando más relevancia a los orígenes históricos, considerar que este término usado hoy, en ausencia de coerción y no dirigido a la especie, sea anacrónico.

El libro «El Mito del hombre perfecto» pretende demostrar la presencia de la eugenesia en el contexto contemporáneo, partiendo de la idea que de eugenesia se puede hablar también hoy, pero en términos de mentalidad.

Es necesario preguntarse por tanto, ¿a quién le toca hoy mejorar la vida? Esa tarea de buscar el hombre perfecto, que antes tocaba a políticas de Estado o a la mano de los dictadores, ¿hoy quien lo tiene y por qué? La “eliminación de los defectuosos”, que desde Galton ha pasado a políticas de “higiene pública” y después a la tragedia nazi, ¿cómo y dónde tiene lugar hoy?

La respuesta a estas preguntas es posible si se considera la eugenesia a través de un punto de vista antropológico, es decir, analizando en los diversos ámbitos histórico-culturales esa visión reduccionista y biologista del ser humano que caracteriza a la eugenesia y que, como tal, no está necesariamente ligada a un único periodo histórico.

El trabajo antes mencionado quiere poner en evidencia, de hecho, que la eugenesia, como en otros momentos históricos, posee una particular connotación en el momento actual: cambia la “escenografía”, pero el “guión” es el mismo.

Y este guión no es otro que la mirada cosificadora hacia el ser humano, reducido a su patrimonio genético; una visión envilecedora que esta investigación intenta describir desde sus orígenes culturales, demostrando por tanto que la eugenesia está presente también en el mundo contemporáneo, como lo estuvo en otros periodos históricos, bajo la forma de mentalidad, para después mostrar sus graves consecuencias sobre el individuo y sobre la sociedad, con particular referencia al mundo de la Bioética.

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1 L.GALVAGNI, L’eugenetica: la prospettiva etica di H.Jonas, en «Humanitas», 4/2004, p.710; Cfr. H.JONAS, Dalla fede antica all’uomo tecnologico, Il Mulino, Bolonia, 1991; ID, Tecnica, medicina ed etica. Prassi del principio di responsabilità, Einaudi, Turín, 1997.

2 Ibidem.

3 Ibidem.

4 Cfr.  J.HABERMAS, Il futuro della natura umana. I rischi di una genetica  liberale, Einaudi, Turín, 2004

5 Cfr. R.MORDACCI, La sfida dell’eugenetica nell’orizzonte della biopolitica, en «Humanitas», 4/2004, pp. 718-722.

6 Cfr. N.AGAR, Liberal Eugenics, en H.KHUSE, P.SINGER (dirigido), Bioethics, Blackwell, London, 2000, p.17.

Para quien quiera profundizar el tema, aconsejamos la lectura de Il mito dell’uomo Perfetto – le origini culturali della mentalità eugenetica, IF Press  (www.if-press.cominfo@if-press.com).

* Giorgia Brambilla obtuvo en 2003 la Licenciatura en Obstetricia en la Universidad de Pavía, en 2005 la Licenciatura en Bioética en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (APRA) de Roma, en 2009, en el mismo Ateneo, el Doctorado en Bioética. Está a punto de licenciarse en Ciencias Religiosas ante la Pontificia Universidad Lateranense.

En el APRA es Profesora invitada en la Facultad de Bioética y Profesor de Filosofía del hombre y de Moral Especial en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Es redactora de la revista Studia Bioethica. Realiza actividades didácticas integradoras para la Universidad «Tor Vergata» de Roma, en el Curso de Licenciatura en Obstetricia, y para el Máster de I y II nivel en Bioética clínica de la Universidad “La Sapienza” de Roma.

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ZENIT Staff

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