El mundo necesita del «espíritu de San Francisco», afirma el Papa

Recibe en audiencia a los Frailes menores «bernardinos»

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CIUDAD DEL VATICANO, 11 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II invitó este martes a los Bernardinos (o Franciscanos Observantes) a ser cada vez con mayor plenitud testigos del espíritu de San Francisco en un mundo necesitado de los rasgos del «pobrecillo de Asís».

Fue el desafío que lanzó en el Vaticano a un grupo de Frailes menores llamados «bernardinos», recibidos en audiencia con ocasión de los 550 años de su presencia en Polonia y Ucrania.

En su discurso a los religiosos, el Papa se unió a la acción de gracias de esta comunidad y constató el bien que su presencia ha llevado a la tierra polaca.

Aludiendo al vínculo entre el aniversario y la fundación del convento de los religiosos en Cracovia, el Santo Padre recordó con cariño aquel convento y la Basílica de la calle Bernardynska, que visitó muchas veces en su juventud, durante su sacerdocio y también como obispo de la ciudad.

En sus palabras a los frailes menores «bernardinos», el Santo Padre afirmó que el hombre y el mundo del inicio del tercer milenio «tal vez más que nunca esperan ser invadidos por el espíritu de San Francisco».

En efecto, «el hombre de hoy necesita la fe, la esperanza y la caridad de Francisco; necesita la alegría de brota de la pobreza de espíritu, esto es, de una libertad interior».

También «quiere aprender nuevamente –continuó– el amor de todo lo que Dios ha creado, y necesita que en las familias, en la sociedad y entre las naciones reine la paz y el bien».

De todo ello «tiene necesidad Polonia, Ucrania y el mundo entero», advirtió el Papa.

«Por ello vuestra comunidad –celebrando el aniversario–, mientras contempla el pasado y agradece a Dios todos los bienes recibidos en el tiempo transcurrido, está llamada de manera especial a mirar hacia el futuro», invitó Juan Pablo II.

«Estáis llamados a pedir a Dios que os haga cada vez con mayor plenitud testigos del espíritu de Francisco. Para obtener esto oro junto a vosotros. (…) Lo hago por intercesión de María, invocando a quien fue un extraordinario devoto suyo, vuestro fundador y patrono, San Bernardino de Siena», concluyó.

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ZENIT Staff

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