CIUDAD DEL VATICANO, 21 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Al encontrarse este viernes con unos sesenta niños y niñas, en vísperas de la Navidad, Juan Pablo II afirmó que el mundo no puede rechazar el grito de los pequeños cuando piden paz.
Todos los años, por estas fechas, el bullicio de los pequeños de la Acción Católica Italiana rompe el silencio de las estancias vaticanas para encontrarse con el anciano pontífice y desearle felices fiestas. En esta ocasión, el Santo Padre quiso que la cita con sus jovencísimos huéspedes se convirtiera en llamamiento a la paz.
Los niños y adolescentes de la Acción Católica están organizando en estos momentos un «Mes de la paz» que tendrá lugar en enero. Se trata de una invitación a las parroquias a encontrar espacios de reflexión sobre el mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz escrito por el Papa.
El pontífice alentó a los pequeños y pequeñas promover «con entusiasmo y generosidad» este gesto de paz, pues, «hecho por vosotros cobra la fuerza de una súplica convincente».
Al felicitar a los niños por la Navidad, Juan Pablo II deseó que la Acción Católica siga siendo un ambiente privilegiado para «conocer más de cerca a Jesús» y «vivir el Evangelio en lo concreto de la existencia diaria».
«Amar a Jesús, experimentar su gran amor debe ser siempre el deseó más ardiente de vuestro corazón –les dijo–. Si le seguís fielmente, podréis hacer también que le conozcan y amen vuestros amigos».
