El museo Yad Vashem promete cambiar la inscripción sobre Pío XII y el Holocausto

Ante ello, el nuncio apostólico en Israel asistirá a la Jornada de la Memoria

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JERUSALÉN/ROMA CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 16 abril 2007 (ZENIT.org).- Con una declaración al Servicio de Información Religiosa (SIR), agencia de noticias de la Conferencia Episcopal Italiana, el pasado 12 de abril, monseñor Antonio Franco, nuncio apostólico en Israel, anunció su «dolorosa renuncia» a las anuales celebraciones de la Jornada de la Memoria, que tendrán lugar en el museo Yad Vashem de Jerusalén.

La anunciada ausencia se debe a que en la séptima sala del Yad Vashem, hay un panel en el que al lado de la foto de Pío XII hay una inscripción que señala al Papa Pacelli como el responsable del «silencio» y «de la ausencia de líneas directrices» para denunciar el holocausto.

Monseñor Franco escribió una carta al directorio del Yad Vashem en la que afirmaba: «Me duele ir al Yad Vashem y ver a Pío XII presentado así». «Quizá se podría quitar la foto o cambiar la frase. Pero ciertamente el Papa no puede ser colocado en medio de hombres que deberían avergonzarse de lo que hicieron contra los judíos. Pío XII no debería avergonzarse por todo lo que hizo por la salvación de los judíos, documentado por fuentes históricas».

La foto de Pío XII fue expuesta por primera vez con la apertura del nuevo museo Yad Vashem en 2005, y ya entonces el anterior nuncio, el arzobispo Pietro Sambi pidió que se modificara el pie de foto.

Las declaraciones del nuncio suscitaron un amplio eco en la prensa a nivel internacional. Sin embargo, el domingo 15 de abril, monseñor Antonio Franco declaró a la agencia ANSA que había cambiado su decisión tras recibir una carta del presidente del Yad Vashem, Avner Shalev, con la promesa «de reconsiderar el modo en el que el se presenta al Papa Pío XII».

«Dado que mi acción no pretendía renunciar a las celebraciones sino llamar la atención sobre el modo en que se presenta al Papa, mi objetivo ha sido logrado», subrayó el nuncio en Israel, y añadió: «No tengo motivos para mantener viva esta tensión» y por ello «participaré en la ceremonia».

Entrevistado por Zenit, el padre Peter Gumpel, postulador de la causa de beatificación de Pío XII y considerado uno de los mayores expertos en la historia de las relaciones entre la Santa Sede y Alemania en los años 1930-1950, afirma: «Hay que considerar que Pío XII cuenta con millones de personas que lo estiman y lo veneran, en particular entre los judíos, y que consideran ofensivo y contrario a los hechos históricos lo escrito en el pie de foto ».

«Además –precisa el sacerdote jesuita–, en el Yad Vashem la gran mayoría de los Justos es de religión católica. Hay una amplísima representación de sacerdotes, religiosas y religiosos, muchos de los cuales perdieron la vida por salvar a los judíos».

«Y es además evidente y está demostrado por las mismas fuentes judías –subraya Gumpel– que fue precisamente el entonces cardenal Eugenio Pacelli y luego Papa Pío XII quien creó y gestionó una red de asistencia para proteger y salvar a los judíos perseguidos. La bibliografía publicada con este motivo es amplísima».

Según el padre Gumpel, que conoce bien, por historia personal y por decenios de estudio, los acontecimientos de aquellos años, «lo que está escrito en el pie de foto no responde a la verdad».

Los críticos de Pío XII afirman que los defensores del Pontífice son propagandistas de su defensa y no historiadores. Frente a esta acusación, el padre Gumpel responde: «Hay muchos conocidos y famosos historiadores, muchos de ellos judíos, que han demostrado la bondad de todo lo que hizo Pío XII. Entre ellos, citaré a sir Marin Gilbert, Michael Burleigh, David Dalin, que no me parecen de ninguna manera apologéticos».

«¿Y qué decir de Golda Meir, Albert Einstein, Israel Zolli, y de todos los dirigentes de las mayores asociaciones judías mundiales que dieron las gracias a Pío XII al final de la Segunda Guerra Mundial. Son todos apologéticos?, añade.

«Por no hablar de los directores de los periódicos judíos, publicados durante la Segunda Guerra Mundial en gran parte del mundo. También ellos señalaron al Pontífice Pío XII como la luz que oponía al nazismo. ¿También ellos son apologéticos?, se pregunta.

Respecto a las acusaciones contra Pío XII, el padre jesuita subraya que «se trata siempre de los mismos argumentos, que se repiten si añadir ni un solo hecho histórico que los apoye. Los críticos de Pío XII se citan mutuamente, y evitan sistemáticamente toda la parte histórica de fuente judía en apoyo del Papa Pacelli».

Por lo que se refiere al presunto silencio de Pío XII frente a la redada nazi realizada en el ghetto de Roma, el 16 de octubre de 1943, el padre Gumpel aclara a Zenit que «es ya evidente, incluso para los más escépticos, que el Papa había llegado a la conclusión de que cualquier denuncia pública se habría traducido en más sufrimientos y más muertos, por esto decidió salvar al mayor número posible de judíos con la obra secreta de apertura de conventos y asistencia a los perseguidos».

«Es bien sabido, y los documentos hablan claro al respecto, que Pacelli era considerado por los nazis el enemigo número uno. Tanto es así que el mismo Papa Pío XII proporcionó documentos importantes al proceso de Nuremberg donde fueron procesados los criminales nazis», concluye Gumpel.

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ZENIT Staff

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