El nacionalismo hindú, culpable de la violencia contra los cristianos

El arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar está angustiado por la suerte de sus feligreses

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KERALA, miércoles, 27 agosto 2008 (ZENIT.org).- La verdadera causa de la actual persecución contra los cristianos en la India no es religiosa, sino que persigue otros intereses de tipo nacionalista y político.

Así lo ha denunciado en las últimas horas monseñor Raphael Cheebath, arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar (la diócesis en la que más violentos han sido los ataques contra los cristianos), al diario vaticano L’Osservatore Romano y a la agencia misionera Asianews.

Hasta el cierre de esta edición, se sabe que en el estado de Orissa han sido asesinadas cinco personas, entre ellas una misionera laica, y que se han destruido muchas instituciones asistenciales y parroquias, entre ellas un orfanato.

Sin embargo, las cifras definitivas podrían ser mayores, afirma el arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar.

El estallido de la violencia es consecuencia del asesinato del líder hinduísta Swami Laxmanananda Saraswati, de cuya muerte se culpa a los cristianos.

A pesar de las condenas del asesinato por parte de la Iglesia en Orissa y de la Conferencia Episcopal de la India, además de otras confesiones, ese hecho ha provocado el ataque más sangriento de los últimos meses contra los cristianos.

La sensación de los cristianos en estos momentos es de total indefensión, en un estado en que representan el 2,4 % de la población (sólo el 1% son católicos).

Aunque no se trata del primer ataque contra los cristianos, el obispo denuncia que esta violencia «ha dado en esta ocasión un paso más», porque la rabia «ya no se dirige sólo contra los bienes de los católicos, sino que ahora va contra las personas».

Según monseñor Cheenath, existen «fuerzas ultraconservadoras que usan pretextos pseudo religiosos para imponer su control a la sociedad. Existe un interés en tener a los agricultores y a los parias en un estado de sometimiento perenne».

Este nacionalismo hindú, responsable de atizar el odio contra los cristianos, es, según el prelado, «como un cáncer que corroe la coexistencia de las comunidades religiosas, principio que está en la base de la fundación de la sociedad india. Las raíces de este nacionalismo, surgido alrededor de la organización Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), inspiradora de otros grupos fanáticos, están en el nazismo de Hitler».

Uno de los fundadores del RSS, Golwalkar, era un conocido admirador de Hitler, de quien toma ideas en sus escritos, explica el prelado. «Gowalkar rechazaba la idea de la India como un Estado secular, y contraponía la idea del Hindu Rashtra (sistema Hindú), en el que no hay lugar para otras religiones».

En relación a la acusación de proselitismo, el obispo afirma que es falsa: «los católicos nunca hemos hecho proselitismo, sino que hemos dado siempre buen ejemplo con las obras asistenciales. Somos perseguidos, fundamentalmente, por nuestra actividad en favor de los más pobres».

«Se quiere eliminar la Cruz, pero sus raíces son demasiado profundas, y el cáncer del nacionalismo no prevalecerá. La Iglesia será luz para muchas generaciones venideras», añade.

Angustia por sus fieles

El arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, quien cuando estalló la violencia se encontraba de viaje en el Kerala para concelebrar en el aniversario de una ordenación, se mostró muy preocupado por la situación de sus fieles, y mostró su deseo de volver lo antes posible (entre ayer y hoy) a su diócesis.

El prelado, que está en contacto telefónico con algunos de sus colaboradores, se mostró especialmente angustiado por la suerte de los niños del orfanato de Panampur, pues no se sabe si lograron salvarse del incendio provocado por los extremistas, y que ha costado la vida a la misionera seglar Rajnie Majhie.

«La joven misionera murió mientras los demás lograban salir. Probablemente su celo la empujó a asegurarse de que todos los huerfanitos hubieran salido. Los niños junto con algunas hermanas han debido esconderse en plantaciones vecinas. Pero no sabemos nada de su suerte. Rezo a Dios para que proteja estas vidas inocentes», se lamentó.

Monseñor Cheebath se declara también preocupado por el estado de salud del director del orfanato, el padre Edward Sequeira, gravemente herido tras la paliza recibida por los autores del incendio del orfanato.

Otro sacerdote cuya suerte se desconoce es el padre Thomas, director del centro diocesano de pastoral, uno de los edificios destruidos por los violentos. «Se trata de un centro cuya construcción había costado muchos sacrificios a los fieles de mi diócesis. Estábamos muy orgullosos de la obra realizada», añadió el obispo.

Según refiere el servicio de noticias de la Conferencia Episcopal de la India, miles de militantes del Vishwa Hindu Parishad (VHP) , al grito de «Matad a los cristianos y destruid sus instituciones», irrumpieron hace dos días en el centro diocesano pastoral de Cuttack-Bhubaneshwar

Lo mismo ha sucedido en un centro social en K. Nuagam, una iglesia y una residencia parroquial en Kandhamal, y una capilla en Sundergarh. Los violentos atacaron también a religiosas de la Congregación de la Madre Teresa en Bhavanipatni, y a otras de la congregación de la Preciosísima Sangre en Udayagir.

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ZENIT Staff

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