El nuncio en Cuba recomienda a los religiosos dar un lugar prioritario a la palabra del Papa

Les asegura que están en el corazón de Benedicto XVI

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LA HABANA, lunes, 30 octubre 2006 (ZENIT.org).- Animándoles a no perder la ocasión de caminar acompañados de un excepcional maestro y testigo de la fe, el nuncio apostólico en Cuba exhorta a los religiosos y religiosas a dar prioridad a la escucha de la palabra de Benedicto XVI.

Prestaron atención a las sugerencias del arzobispo Luigi Bonazzi superiores de las religiosas y de los religiosos de la Isla caribeña, reunidos en La Habana hace diez días con ocasión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia de Religiosos de Cuba (CONCUR).

A todos transmitió el prelado italiano «el saludo personal del Papa», de lo que se hace eco la recientemente activada web de la Conferencia de Obispos Católicos del país (COCC) http://www.cocc.trimilenio.net/.

«Tuve el honor y el privilegio de que me recibiera en audiencia el pasado 28 de agosto, por 20 minutos. Fue un hecho algo particular, ciertamente signo de una atención especial del Papa para Cuba», reconoció. El encuentro es significativo, pues Benedicto XVI tiene por costumbre recibir a los nuncios al final de la audiencia general.

«Respondí a preguntas y expuse algunas reflexiones sobre la situación sociopolítica del país y, especialmente, sobre la vida de la Iglesia. Hoy, en mi misión -admitió-, me siento muy acompañado y fortificado por las palabras que Benedicto XVI me dijo».

«Estamos en el corazón del Papa, se lo puedo asegurar –expresó ante los religiosos y las religiosas de Cuba-. En el corazón de un Papa grande, con el que la Providencia de Dios está bendiciendo a la Iglesia y al mundo».

Y es que, como subraya monseñor Bonazzi, las palabras de Benedicto XVI son «profundas y luminosas, sacian la inteligencia y consuelan el corazón».

Por eso exhortó a los religiosos y religiosas en Cuba «a privilegiar la escucha de la palabra del Papa, a dar a esta palabra un lugar preeminente entre las fuentes a las que recurren para alimentar su oración, cultivar el espíritu y volver incisiva la evangelización y la misión».

«No perdamos esta ocasión de caminar en la historia acompañados por un maestro y testigo de la fe excepcional», les sugirió, anunciándoles que la Nunciatura Apostólica «tratará de aprovechar mejor el instrumento del correo electrónico y de poner rápidamente a disposición de la CONCUR» «la palabra del Papa que tenga una particular relación y relevancia con la vida religiosa».

Y además les indicó una prioridad pastoral fundamental de la Iglesia en Cuba y de la vida religiosa en la Isla: «la “cuestión vocacional”».

En Cuba la población total supera los 11 millones de habitantes.

Antes de que Fidel Castro asumiera el poder la cifra de católicos rondaba el 85%; actualmente se estima que constituyen aproximadamente la mitad de la población.

Según datos a disposición de la Nunciatura, «los trabajadores que cultivan la viña del Señor en Cuba son 1062»: 189 religiosos, 606 religiosas, 206 sacerdotes diocesanos y 61 diáconos permanentes.

El representante papal da gracias al Señor por estos «generosos servidores».

«Al mismo tiempo, teniendo como escenario la Iglesia cubana y el pueblo cubano», «¿cómo no seguir haciendo nuestra, cada día y con insistencia, la oración al Señor de la mies, para que mande trabajadores a su mies?», reflexiona.

El nuncio Bonazzi, que con diversas iniciativas está cerca de la vida consagrada en la Isla, asegura a las religiosas y religiosos su compañía en la oración y en la labor «para favorecer el nacimiento y el crecimiento, el discernimiento y el acompañamiento de las vocaciones».

Y les advierte acerca de la tentación maligna que pueden sufrir las personas consagradas: el desánimo hasta creer que su misión es imposible.

Concluye con una «tarea cotidiana» para todo cristiano, y clave para los religiosos: «vivir la amistad con Cristo».

«Dije “tarea”, en realidad debería decir fortuna, felicidad, porque sólo en esta amistad se manifiestan las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo en esta amistad nosotros experimentamos lo que es bello y lo que nos hace libres», subraya.

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ZENIT Staff

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