El obispo anima a los congoleños a amar a su país para superar la guerra

La contribución de la Iglesia, esencial para reconstruir la nación

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GOMA, 12 enero 2003 (ZENIT.org).- El obispo católico de Goma (al este de la República Democrática del Congo, en la frontera con Ruanda), Faustin Ngabu, ha hecho un llamamiento a los congoleños para que aprendan a amar su propio país y a cultivar la cultura de la paz.

«Esperamos que este año traiga la paz al Congo –declaró el prelado a la Agencia Fides –. Tras los acuerdos de Pretoria, que deberían poner fin a años de guerra en el Congo, parece que nos encaminamos por fin hacia la paz».

Sin embargo, persisten ciertamente varias dificultades y la situación no es aún tranquila. Hay zonas del este del país donde se registran aún combates.

«Es verdad que un país destruido por muchos años de guerra no puede esperar obtener la paz de un día para otro. Es necesario que la paz crezca especialmente en la conciencia de las personas», recalcó el prelado.

En este punto, la Iglesia puede ofrecer una contribución fundamental, según monseñor Ngabu. «Nuestra tarea como comunidad cristiana es la de reevangelizar el país, que ha sufrido muchas heridas físicas y morales», afirmó.

«Por ello es importante la actividad social de la Iglesia –añadió–, sin olvidarnos sin embargo de nuestro deber principal, que es el anuncio del Evangelio».

«Es hora de que los congoleños aprendan a amar más su propio país, para no ser víctimas de los intereses externos –advirtió–. Debemos transformarnos en un pueblo unido que sepa conciliar los diferentes intereses a través de la confrontación democrática y pacífica».

Finalmente, y habiendo visto el gran sufrimiento que la guerra trae consigo, el obispo de Goma expresó su pesadumbre al contemplar «que Occidente esté promoviendo la guerra preventiva. Es necesario que la comunidad internacional fomente una auténtica cultura de la paz».

«Aquí, en el Congo, hemos oído muchas palabras bellas pronunciadas por los representantes internacionales. Lástima que a la retórica no le sigan los hechos. Más bien, a menudo son justamente los agentes económicos de los países ricos los que alimentan esta guerra, para explotar las riquezas de nuestro país», denunció monseñor Ngabu.

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ZENIT Staff

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