El obispo de Chiapas pide renunciar a posturas intransigentes

La marcha zapatista llega a la capital mexicana

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, 11 mar 2001 (ZENIT.org).- En el mismo día en que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) presidía una manifestación en la capital mexicana para hacer valer sus reivindicaciones, el obispo de San Cristóbal de las Casas desde Chiapas confesaba su deseo de que el acontecimiento sirva para promover la concordia nacional.

«Si queremos una paz justa, digna y fraterna para Chiapas y para México, hay que renunciar a posturas intransigentes, a ofensas degradantes, a descalificaciones totalitarias –explicó el obispo Felipe Arizmendi Esquivel–. En un sistema plural y democrático, una minoría no puede imponer su propia concepción del Estado, de la justicia,
de la economía, de la democracia».

«Las ideas y las diversas opciones deben analizarse, discutirse y, en su caso, aprobarse legalmente, pero no imponerse en forma absolutista», añadió el prelado de la diócesis de Chiapas en la homilía dominical.

Monseñor Arizmendi recordó que el 2 de julio pasado México expresó una opción clara al elegir por primera vez, después de más de setenta años, a un presidente que no proviene de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI),Vicente Fox. Y aclaró: «Otras posturas y opciones son dignas de ser tomadas en cuenta, pero sería antidemocráctico pretender imponer a todo un país el criterio y el camino que no fue avalado por el voto popular mayoritario».

«En resumen –concluyó citando la liturgia dominical–, si queremos estar «a gusto» en nuestra vida, en Chiapas y en México, siguiendo la expresión de San Pedro en el monte Tabor, hemos de hacerle caso a la Palabra de Dios, escuchar a Jesucristo y confrontar con su Evangelio toda proposición que se haga para mejorar al país».

Después de quince días de marcha, el subcomandante Maracos y otros 23 jefes guerrilleros protagonizaron este domingo una concentración en el centro de la Ciudad de México, el «Zócalo», frente a Palacio Nacional. El encuentro tenía lugar después de que el presidente Vicente Fox cumpliera cien días en el poder y acogiera con sus palabras el viaje pacífico y sin armas de los zapatistas a la capital del país.

«Bienvenido «subcomandante Marcos», bienvenidos los zapatistas, bienvenidos a la arena política, a la discusión de las ideas», dijo ayer en su programa radial de los sábados el presidente Fox.

El diálogo de paz está interrumpido desde 1996, luego de que el EZLN acusó al gobierno de incumplir una serie de acuerdos sobre derechos indígenas.

A pesar de que los zapatistas no han entregado sus armas a las autoridades, en esta marcha por los Estados de México diversas corporaciones policiales federales y estatales han prestado su ayuda para abrirles paso y garantizarles seguridad.

Los 24 dirigentes del EZLN, que tienen previsto reunirse con legisladores el lunes y el viernes, advirtieron que no se irán de la ciudad hasta que sean reconocidos los derechos de los indígenas, entre ellos una mayor autonomía.

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ZENIT Staff

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