El obispo de Hong Kong exhorta a una firme defensa de la vida

Y también del matrimonio y la familia, bajo asedio; constata

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

HONG KONG, lunes, 14 febrero 2005 (ZENIT.org).- Ante la cultura de la muerte, que penetra por las fronteras de Hong Kong, el obispo local, monseñor Joseph Zen Ze-kiun, ha lanzado un fuerte llamamiento a proteger el don de la vida y los valores a él vinculados: el matrimonio y la familia.

«¡Ama la vida, el don de Dios!» es el título del mensaje para esta Cuaresma, fechado el 6 de febrero, en el que el prelado alude al primero de los desafíos que planteó a inicios de año Juan Pablo II en su discurso al cuerpo diplomático (Cf. Zenit, 10 enero 2005).

«La vida es el primer don de Dios al ser humano, el tesoro más importante –explica monseñor Zen–. La Iglesia predica el Evangelio de la vida y recuerda a los Estados que su principal deber es proteger el derecho humano fundamental a la existencia, el cual desafortunadamente está afrontando desafíos más y más graves».

De hecho, «la vida humana en su etapa inicial es particularmente vulnerable y necesita la protección especial de las autoridades estatales», alerta.

Pero «lamentablemente una cultura de la muerte está infiltrándose en los valores de la sociedad actual», y el aborto cada vez más parece «una forma de “resolver problemas”», de forma que «maneras fáciles de someterse» a esta práctica utilizadas en China «han cruzado la frontera», denuncia.

«La vida de cada persona humana es preciosa ante los ojos de Dios, pero muchos han sido privados del derecho a nacer. Es una usurpación del poder sagrado de Dios sobre la vida, ¡un crimen terrible!», exclama.

Este desafío que se plantea a la vida está «muy conectado» con problemas relativos a la familia, «hoy constantemente amenazada por varios agentes en la sociedad y la cultura»: «el plan de Dios es que una nueva, tierna vida nazca y crezca en la calidez de una familia», pero «más y más atentados se lanzan para derrocar el concepto de familia como la unión estable y exclusiva de un hombre y una mujer», constata el prelado, también en el marco de Hong Kong.

«¿Ya no forma parte del tejido común de valores del pueblo de Hong Kong la sacralidad del matrimonio y la importancia de la familia?» –interroga en su misiva–; «¿no vemos que muchas tragedias humanas proceden de la distorsión de conceptos relativos al matrimonio y la familia?».

Ciertamente –dice el prelado a los fieles de Hong Kong– «nuestra comprensión del “respeto a la vida, el don de Dios”» contradice «la jerarquía de valores del mundo» y las «corrientes actuales en la sociedad». Que el Señor «nos aliente a declarar la guerra a la cultura de la muerte y a proclamar el Evangelio de la vida», pide.

Se trata de una batalla en la que no cabe transigir, apunta. «Que nuestro esfuerzo por respetar la vida, defender los valores de la familia y cuidar del prójimo haga de esta Cuaresma un tiempo significativo», concluye el obispo Zen.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación