El objetivo del Papa en la República Checa: dar esperanza

Según el padre Federico Lombardi, S.I., portavoz vaticano

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PRAGA, domingo, 27 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- El primer objetivo de Benedicto XVI en su visita a la República Checa consiste en dar esperanza a uno de los países más secularizados y a la misma Europa, explica el portavoz vaticano.

Tras la multitudinaria misa de este domingo, que el Papa presidió en la explanada junto al aeropuerto de Brno, el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha hecho un balance de la visita apostólica que comenzó este sábado y concluirá este lunes.

«Me parece claro que la esperanza es el tema central de este viaje», reconoce el sacerdote a los micrófonos de «Radio Vaticano».

«El Papa se da cuenta de que en nuestro tiempo se da una gran necesidad, una grandísima sed y puede ser una de las grandes contribuciones que la fe puede dar, pues es capaz de alimentar una gran esperanza que va más allá de las pequeñas esperanzas, que son sumamente caducas y que alimentan nuestros días, pero con un horizonte corto».

«Sin embargo, hay que alimentar la gran esperanza, la que nunca muere, la que ve verdaderamente lejos y alimenta y fundamenta las demás, y probablemente nadie como los cristianos que creen en Jesucristo resucitado pueden alimentarla».

Para expresar la esperanza, en la explanada junto al aeropuerto de Brno, donde el Papa celebró la misa, se había instalado una enorme ancla.

«El ancla, en la Carta a los Hebreos, describe precisamente la esperanza», «que sostiene y anima toda nuestra vida».

El padre Lombardi constata que esta visita del Papa, en particular durante el discurso que dirigió el sábado al Cuerpo Diplomático en Praga, continúa la labor que impulsó Juan Pablo II tras la caía del comunismo, hace veinte años, sobre la «libertad en la verdad».

Benedicto XVI realiza este servicio mostrando que «hay una razón capaz de alcanzar la verdad, de reconocer la contribución que puede dar la fe al conocimiento de esta verdad para fundamentar los valores, fundamentar los puntos de referencia sobre los que puede concebirse una vida, una sociedad, un mundo ordenado y no caótico en el que reina la arbitrariedad».

«Es hermoso cómo el Papa lo ha desarrollado también en el contexto de Europa, diciendo: ‘Europa debe ser una casa’, pues en la cultura, en el espíritu con el que construimos la comunidad, no es sólo un continente sino un lugar en el que reconocemos y vivimos juntos los valores», añade el padre Lombardi.
 
La República Checa es uno de los países con la práctica religiosa más baja, pero al ver más de cien mil personas en la misa del domingo, el padre Lombardi dice: «estamos en una tierra secularizada, pero es una tierra en la que también hay una comunidad cristiana muy viva, llena de fe y llena de esperanza, que puede dar una contribución cordial a la sociedad en que vive».

«A mí me parece que el tema de la presencia serena, cordial, lleno no sólo de esperanza sino también de caridad operativa, que la Iglesia, la comunidad de los creyentes pueden dar en la sociedad, es un tema característico también de este viaje del Santo Padre y puede ayudar a establecer un clima de confianza recíproca y de colaboración entre la Iglesia y la sociedad que la acoge», añade.

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ZENIT Staff

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