Lo reveló este miércoles un comunicado del Consejo de los cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, que se reunió este martes.
La cantidad recaudada, constata la nota, implica un incremento del 5,7% con respecto al año 2002. De hecho, se trata de una tendencia consolidada, pues en los últimos años han aumentado constantemente las aportaciones al Óbolo de San Pedro.
El Óbolo comprende la colecta efectuada en las diócesis de todo el mundo sobre todo con motivo de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, las contribuciones de congregaciones e instituciones religiosas, las aportaciones de fundaciones y las ofertas espontáneas de fieles de todo el mundo.
La reunión de cardenales, al final de la reunión, explica el comunicado, «manifestaron profunda gratitud a todos aquellos que con su contribución, con frecuencia anónima pero generosa, han querido dar al Santo Padre una respuesta concreta a las apremiantes necesidades de quienes se encuentran en graves dificultades o en la repentina y absoluta indigencia».
El origen histórico del Óbolo de San Pedro se remonta a finales del siglo VIII, cuando los anglosajones se convirtieron al cristianismo y como signo de unión con el obispo de Roma decidieron enviar de manera estable una contribución al Santo Padre, explica esta página.
Así nació el «Denarius Sancti Petri» (Limosna a San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos, costumbre que fue regulada por el Papa Pío IX en la Encíclica «Saepe Venerabilis» (5 de agosto de 1871).
Se puede recibir más información sobre el Óbolo enviando un mensaje a la dirección de correo electrónico obolo.sp@segstat.va; a la dirección postal de la Oficina del Óbolo de San Pedro (0120 – Ciudad del Vaticano); o llamando al teléfono vaticano 39 06.6988.4851.