El padre Gaetano Piccinini, salvador de judíos perseguidos

Entrevista al padre Flavio Peloso, superior general de la Obra de Don Orione

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ROMA, jueves 23 de junio de 2011 (ZENIT.org).- En 1943, en plena II Guerra Mundial, cuando la furia diabólica de los nazis parecía imparable, hubo muchos héroes desconocidos que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos perseguidos cuyo destino parecía marcado.

Entre estos héroes desconocidos estaba el padre Gaetano Piccinini, religioso de la Pequeña Obra de la Divina Providencia (Obra de Don Orione).

Hoy, jueves 23 de junio a las 11 de la mañana, en la Sala de Congresos del Centro de Don Orione de Roma, Mordechai Lewy, Embajador de Israel en la Santa Sede, entregó al padre Flavio Peloso, superior general de los Orioninos, la Medalla de los Justos entre las Naciones, en memoria del padre Gaetano Piccinini.

La Medalla de los Justos entre las Naciones es el más alto honor del Estado de Israel, atribuida a los que ayudaron en la salvación de los judíos durante la Shoah.

“Es una ocasión-explicó el padre Flavio Peloso- para recordar, a través del padre Gaetano, a todos los Orioninos que han contribuido en salvar las vidas de muchos judíos durante los años de la guerra”. Para recuperar la historia de tantos héroes que contribuyeron en la salvación de los judíos y para conocer mejor al padre Gaetano, al que se debe la fundación del Centro Don Orione en el barrio romano de Monte Mario, ZENIT ha entrevistado al padre Don Flavio Peloso.

– ¿Quién era el padre Gaetano Piccinini?

Padre Flavio Peloso: El padre Gaetano Piccinini (Avezzano 1904 – Roma 1972) fue recogido por el padre Luigi Orione después del terremoto de Marsica de 1915. El Santo ejerció de padre con él y Piccinini se identificó afectiva y espiritualmente con él, convirtiéndose en religioso y sacerdote entre sus Hijos de la Divina Providencia. Licenciado en Letras, fue director y rector de diversos institutos Orioninos. Promovió muchas aperturas de nuevas casas y obras en la Italia meridional, en Inglaterra y en los Estados Unidos. Más tarde fue consejero general de la Congregación.

Se le recuerda como hombre de gran ingenio intelectual y de notables capacidades organizativas que supo ejercer magníficamente en tantas empresas de bien. Era una especie de “Bertolaso” de nuestra Congregación. Se lanzaba a todas las grandes emergencias. La que recordamos con esta medalla, la salvación de muchos judíos, fue sólo una de las emergencias a las que el padre Piccinini se dedicó con pasión.

Posteriormente trabajó por los huérfanos y los mutilados de postguerra, organizando una docena de grandes instituciones en Italia, entre las que está la de Monte Mario. Luego fue al rescate de la inundación de Polesine (1951), ayudó con tempestividad y sabiduría en el terremoto de Irpinía (1962), en el desastre del Vajont (1963), incluso en el terremoto del Valle de Belice (1968) En Sicilia, Gibellina.

Su vida y su actividad incansable se detuvieron el 29 de mayo de 1972, dejando una gran recuerdo por su integridad sacerdotal, por su apostolado clarividente y emprendedor, por su profunda vida interior, el culto de la mistad, la promoción del laicado.

– ¿Por qué se le ha concedido la Medalla de los Justos?

Padre Flavio Peloso: En el periodo de las leyes raciales, a partir de 1938, fue director del Instituto de Novi Ligure (AL) y rector del Instituto Pontificio Escolástico “San Felipe Neri”, en el barrio Appio en Roma. Durante la II Guerra Mundial trabajó, sobre todo en Roma y se prodigó en socorrer a muchas personas de raza judía, a menudo arriesgando su propia vida. Mantuvo después relaciones de amistad con las personas salvadas, como es el caso de Bruno Camerini, que figura como el que ha realizado la petición oficial de la medalla “Justo entre las Naciones”, porque fue salvado por él. Entre los rescatados hay algunos personajes famosos del mundo hebreo italiano. Por ejemplo, el famoso escultor Arrigo Minerbi, acogido, con nombre falso y con el papel de profesor, en el Instituto San Felipe Neri de Roma. Es obra suya la llamada “Madonnina”, de 9 metros de altura, que se yergue sobre el Monte Mario, bendiciendo a Roma. Con Arrigo Minerbi, en el San Felipe Neri, estaba también Ettore Carruccio, eminente matemático y físico. Pero toda vida es preciosa a los ojos de Dios y así era para el padre Piccinini que intentó salvar a todos los que pudo.

El padre Gaetano Piccinini ya recibió un primer reconocimiento del Presidente de la Comunidad Israelita de Roma en el que leemos: “1945-1955. Los judíos de Italia agradecidos al padre Gaetano Piccinini”. Después vino otro reconocimiento oficial en 1994 de Benè Berith con el Diploma de un Árbol plantado en Jerusalén. Ahora llega del Yad Vashem, Instituto para la Memoria de los Mártires y de los Héroes del Holocausto, el título y la Medalla de “Justo entre las Naciones”.

– ¿Los Orioninos han realizado muchas actividades en defensa de los judíos?

Padre Flavio Peloso: Don Gaetano Piccinini es el caso más relevante de la acción en favor de los judíos realizada por muchos hermanos y por varias casas de la Pequeña Obra de la Divina Providencia de San Luigi Orione. Este capítulo de historia, permanecido en la discreción, fue reconstruido por mi investigación “Orioninos en ayuda de los judíos durante los años de exterminio” (Mensaje de Don Orione, 2003, nº112, pp. 75-106) y en el libro de Mario Macciò, “Génova y ‘ha Shoah’, Salvados por la Iglesia” (Il Cittadino, Génova, 2006).

También recientemente, se han publicado nuevas páginas de la solidaridad valiente y generosa que tienen como protagonistas a religiosos y casas de Don Orione de toda Italia. Invariablemente, siempre el coordinador era él, desde un extremo a otro de Italia, el padre Piccinini. Encontré conmovedor el hecho de que los hermanos, fieles a la consigna de absoluta reserva en estas operaciones, sólo después de 50 o 60 años después de los eventos han comenzado a revelarse cosas. La mayoría de las cosas quedará oculta.

– ¿Qué le empujó a arriesgar la vida para salvar a los hermanos de fe hebrea?

Padre Flavio Peloso: En la Secretaría de Estado, de la época, estaba monseñor Giovanbattista Montini, después Papa Pablo VI, que formó parte siempre del círculo de Amigos de Don Orione, al que conoció personalmente en los años ’30. Era monseñor Montini el que transmitía al padre Piccinini y a los Superiores de la Congregación, los deseos de Pío XII, y muy probablemente señalaba también a personas y a situaciones concretas de judíos por los que se pudiera “hacer algo”.

Nosotros los Orioninos profesamos un IV voto de especial fidelidad al Papa, y pretendemos, por el sensus Ecclesiae que nos inculcó Don Orione, realizar no sólo los mandatos sino los deseos del Papa y de los Pastores de la Iglesia. Además de la motivación humanitaria, fueron determinantes las indicaciones de Pío XII y las peticiones de colaboración de los obispos en las ciudades donde actuaban. Es decir, que además de un acto humanitario y de caridad evangélica, la ayuda a los judíos era una expresión de vida eclesial.

– ¿Qué significado tiene hoy una historia heroica como la del padre Gaetano?

Padre Flavio PelosoComo superior general de la Familia Orionina, debo decir que este reconocimiento tributado al padre Gaetano Piccinini se agradece mucho porque honra a un hermano dignísimo, a la Congregación y a la Iglesia. Para nosotros los Orioninos, constituye un estímulo a cultivar, un estilo de caridad sin límites, que muestra la maternidad universal de la Iglesia. Como decía Don Orione, “la caridad no mira si el que la pide tenga un nombre, una religión, una patria, sino si tiene un dolor”. El padre Gaetano Piccinini actuaba exactamente así.

Por Antonio Gaspari, traducción del italiano por Carmen Álvarez

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ZENIT Staff

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